«Si nos embiste de frente, atrás morimos todos»

En la sexta planta del Hospital Río Carrión, el portugués José Domingues espera dolorido a que se resuelvan los trámites para poder volar a Grenoble, donde vive, y ser operado en Francia de las tres fracturas que sufre, dos de peroné y una de ligamento cruzado. Tiene una escayola hasta la rodilla de su pierna izquierda y otra en el tobillo derecho. Amén de varias heridas, una de ellas en la cabeza, y golpes y hematomas por todo el cuerpo.

«No recuerdo nada porque perdí el conocimiento. No me dio tiempo a pensar en nada. Salí desplazado por el pasillo del autobús. Cuando recobré el conocimiento vi que no podía andar. Pudo haber habido más muertos. Si el autobús que nos dio por detrás nos da de frente en vez de por un lateral, morimos todos atrás», señala José Domingues, jubilado de 66 años natural de Fafe, ciudad lusa del distrito de Braga, casado y con tres hijas, y que vive en el país galo desde 1984.

«Me han dicho que tardaré un año y medio o dos en recuperarme», hace hincapié el hombre accidentado, que se interesa por la salud de José Filipo Semanas, de 33 años, natural también de una zona próxima a Fafe y que es el otro herido grave que ayer permanecía en el hospital, también a la espera de poder regresar a su país para ser operado de su pierna rota.

«Fue un impacto muy grande, me quedé aprisionado en el asiento y forcé hasta terminar de partirme la pierna para poder salir, porque creí que iba a incendiarse el vehículo. Me desvelo en cuanto me duermo con las imágenes de los muertos a mi lado y la gente gritando», señala José Filipo, que viajaba también a Grenoble, donde hoy comenzaba un trabajo.

El tercero de los heridos graves aún hospitalizados se trata de un hombre de 79 años, también luso, cuyas lesiones son de más alcance (un politraumatismo cervical) y que fue trasladado al Hospital Clínico de Valladolid.