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Manuel Seco.
«En los toros hay muchos rumores, pero el reglamento se cumple siempre»

«En los toros hay muchos rumores, pero el reglamento se cumple siempre»

Manuel Seco: Delegado de la Autoridad de la Plaza de Toros de Campos Góticos

josé maría díaz

Sábado, 6 de septiembre 2014, 12:26

Conserva de su infancia en Medina del Campo una acendrada afición taurina, que le ha facilitado con el paso de los años su labor como delegado de la Autoridad de la Plaza de Toros de Palencia. Inspector jefe de la Policía Nacional y secretario general de la Comisaría Provincial de Palencia, Manuel Seco ha formado parte durante los últimos años del dispositivo de seguridad que conlleva la celebración de la feria taurina de San Antolín, y aunque el desarrollo de la mayor parte de las temporadas ha resultado tranquilo, no olvida momentos de gran tensión como la negativa de Padilla a matar un toro en 2008 o alguna de las variadas y monumentales broncas sufridas por Finito de Córdoba.

¿Como aficionado, qué balance hace de la recién acabada feria taurina de San Antolín?

En cuanto al espectáculo artístico, yo creo que ha estado a un gran nivel, tanto en carteles, como en las ganaderías que se han traído. Dan fe las puertas grandes que se han abierto y los triunfos obtenidos.

Para algunos aficionados, demasiadas orejas en esta feria...

-Eso siempre es un criterio personal y subjetivo. Pero según marca el reglamento, si el público está contento con la faena que ha hecho el torero y hay solicitud, por parte de la presidencia tiene que cumplirse.

Precisamente una de sus principales funciones como delegado de la Autoridad es hacer cumplir lo más estrictamente posible ese reglamento. ¿Se consigue siempre?

Todo es mejorable, por supuesto. Pero siempre procuramos, que es nuestra misión, que realmente se cumpla. Aunque lógicamente, como ocurre con cualquier normativa jurídica, hay momentos en los que se debe ser flexible, porque caben diversas interpretaciones y nosotros siempre intentamos acercar posturas. Porque lo que se trata siempre es de que el espectador reciba un espectáculo digno.

¿El delegado de la Autoridad es en estos momentos una casi decorativa, recuerdo del pasado, o realmente tiene unas funciones definidas en una corrida de toros?

Claro que tiene unas funciones. Muchas, pero el problema es que se trata de una figura muy desconocida. La gente solo ve al delegado cuando está en el callejón. Pero las funciones empiezan mucho antes de que dé comienzo el festejo. El objetivo es dar fe de que se cumpla el Reglamento Taurino de Castilla y León desde que el toro llega a la plaza. También tenemos que velar porque la plaza cumpla las condiciones mínimas para que se pueda celebrar un espectáculo taurino. Además, estamos presentes en muchos actos como los reconocimientos, los desenjaules... Nos encargamos también del enlotado, controlamos el sorteo y revisamos las puyas, las banderillas, el estado del firme del ruedo, y, ya durante la lidia, controlar que todo se desarrolla con normalidad. Para ello, estamos en contacto permanente con el director de lidia, que es también una figura muy desconocida y que suele corresponder con el primer espada. Es nuestro interlocutor en la plaza. Atendemos sus sugerencias y las trasladamos a la presidencia.

Siempre que se celebran ferias taurinas corren los rumores sobre mil historias raras que han ocurrido en los sorteos o en los reconocimientos veterinarios. ¿Son leyendas o verdaderamente suele haber problemas?

Hay mucho de rumor. En los corrales, cuando se están haciendo todas estas actuaciones previas a los festejos, es normal que algún aficionado pueda oír cosas fueras de contexto y crearse una opinión que no responde a la verdad. También a veces hablan las cuadrillas de los toreros, los empresarios, los ganaderos, porque todos tienen sus intereses y dan su opinión. Pero realmente, siempre todo vuelve a su cauce y el reglamento, que es lo que verdaderamente nos ocupa y nos preocupa siempre se cumple.

Con respecto al coso de Campos Góticos, ¿cuáles son sus condiciones como plaza de toros?

Excelentes. En ese sentido, la verdad es que tenemos una gran plaza de toros. Yo conozco plazas por toda España y la verdad es que la de Palencia es muy buena. Es una plaza muy cómoda, muy digna para una ciudad como Palencia y las instalaciones de las que dispone son excelentes. Siempre hay algún aspecto que mejorar, pero creo podemos sentirnos orgullosos. Está muy enfocada hacia el público y mucha gente que viene de fuera se sorprende de lo cómoda que es.

¿Tienen también los delegados de la Autoridad funciones de seguridad, están coordinados con el dispositivo policial?

Por supuesto, de ahí que en nuestra demarcación, el delegado deba ser siempre un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía. En todos los festejos hay un dispositivo de seguridad que cubre tanto la fase previa, como la lidia, como también la salida, para que todo se produzca con normalidad. Porque no deja de ser un espectáculo en el que hay una gran concentración de personas. Y siempre hay un jefe de ese operativo con el que estamos en contacto permanente y le trasladamos las indicaciones de presidencia, pero también cualquier aspecto que detectemos tanto en el callejón como en los tendidos.

Este año, la feria se ha desarrollado con absoluta normalidad...

Ha sido muy tranquila. No ha pasado como otros años, cuando nos hemos encontrado con vicisitudes importantes. No ha habido grandes broncas y el balance es positivo. La gente ha salido contenta, lógicamente nunca todo sale a gusto de todos. Pero el comportamiento, en general, ha sido muy bueno, puede protestar cuando no está conforme con algo, pero es un buen público.

¿Se sintió preocupado con la pitada que recibió Talavante?

No, es algo habitual en los toros. Es como cuando silban a un árbitro. Pero además, cuando comenzó la segunda faena de Talavante el público parecía haberse olvidado. Es algo muy curioso del público palentino. Recuerdo una faena de Finito, que en el primer toro la bronca fue monumental y en el segundo triunfó.

¿Y cuál es su labor cuando se forma una de esas broncas monumentales?

Coordinarnos con el dispositivo de policía, para buscar esos focos en los que se está produciendo la bronca e intentar aplacarlos, pero siempre con mano izquierda. Lo que no podemos es provocar una situación peor de la que intentamos evitar. A veces, con un grito a destiempo o algún hecho similar hay que ser flexibles.

¿Y qué pasa cuando se dan casos como el de Padilla en 2008 cuando se negó a torear y casi ni mata al toro?

Aquello fue un momento muy difícil, aunque creo que lo resolvimos bien. De hecho, se pone como ejemplo nuestra actuación en los cursos de preparación de delegados. Hablamos con él y con su apoderado e intentamos apaciguar los ánimos. Y si al final no hubiera querido entrar a matar, para eso están los avisos, el toro hubiera sido devuelto al corral, y después el que se entendiera con la empresa, que para eso tiene un contrato. Otra cosa bien distinta es que se le pueda imponer una sanción por el problema que pudo ocasionar de orden público.

¿Se le podría detener, como ocurría antaño?

No. El reglamento es una norma administrativa y por una infracción no se le puede detener, no ha cometido un hecho penal. Pero eso no implica que no se le puedan imponer sanciones, que incluso pueden llegar a ser peores que una detención, y que conllevan multas, pero esto depende de la Junta.

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