El leonés Miguel Ángel Benito se erige como el nuevo rey de la Vuelta a Palencia

Ganar la Vuelta a Palencia habitualmente es sinónimo de progresar y subir a la categoría de profesionales. Últimamente, con la desaparición de equipos españoles debido a la crisis económica, los corredores tienen que emigrar a otros países para dar el salto y competir en grandes vueltas internacionales. Pero Miguel Ángel Benito parece que podrá pasar a profesionales y quedarse en casa. El corredor leonés tiene licencia en su equipo, el Caja Rural, para competir con los profesionales del pelotón que disputa vueltas como la de España o la Vuelta a Burgos, de reconocido prestigio.

El leonés supo conservar el liderato en la etapa de ayer, muy dura para todos, y en la que los nervios fueron los protagonistas. La salida, en Astudillo poco después de las 16:00 horas, estuvo marcada por el viento, que soplaba fuerte en los compases iniciales de la etapa.

Los integrantes del Specialized F. Alberto Contador y los del Supermercados Froiz tiraban en un pelotón que rodaba muy rápido en los primeros kilómetros. Varios corredores saltaban para intentar la escapada, pero pronto eran neutralizados por el pelotón. Los ciclistas ocupaban todo el ancho de la calzada para intentar protegerse del viento.

Pasando Santoyo, Noel Gil (Gsport Valencia) saltaba de la cabeza del pelotón y lograba una ligera ventaja de doce segundos. Pero iniciar un ataque en solitario significaba ayer morir en el intento. Y efectivamente, el pelotón le neutralizó. El Telcom se puso a tirar y enseguida la ventaja, que llegó a ser de más de medio minuto, se esfumó antes de pasar otra vez por Astudillo.

Tras la meta volante instalada en la localidad desde donde había arrancado la etapa, se escaparon catorce corredores, un grupo importante que ya podía hacer daño. Pasaban los kilómetros y aumentaban la ventaja. Treinta y dos segundos; cincuenta y cinco segundos; un minuto y catorce segundos; dos minutos y cinco segundos...

La ventaja crecía y los kilómetros para meta se reducían. En los altos, los aficionados que se acercaron a las cotas, podían ver las luchas por sumar puntos en la montaña. La etapa de ayer contó con cinco altos puntuables. De hecho, el que iba primero en la clasificación del maillot de lunares, Steven Calderón, cedió al final de la etapa el maillot a Eduardo Armengol, que pasó el primero en todos los altos puntuables de ayer. Incluso por momentos, Armengol llegó a ser el líder de la Vuelta.

La carrera iba loca, con una fuga que aumentaba las distancias tras cada nueva referencia que anunciaba Radio Vuelta y la incertidumbre de si el Caja Rural podría controlar a los hombres que rodaban en cabeza. Pero los hombres de verde lo tenían claro y no se pusieron nerviosos.

Los termómetros ayer marcaron altas temperaturas, incluso 35 grados marcaba algún coche de equipo. Los ciclistas iban pagando el desgaste de los tres días anteriores, lo que sumado al calor hacía que muchos se cortasen en los altos. El pelotón, sin embargo, empezó a tirar fuerte más o menos a mitad de carrera. Y entonces, la ventaja del grupo cabecero se redujo. Varios de sus integrantes se descolgaban en busca de un poco de calma. Lo decisivo de la etapa se vivió a treinta kilómetros de la llegada, cuando ya la fuga perdía poder.

El Caja Rural tenía claro que Miguel Ángel Benito sería ganador y dejó que la victoria de etapa se la disputaran los corredores que rodaban en cabeza de carrera. El esprín en la capital lo ganó Imanol Estévez, que se llevó también el maillot verde.

Anécdotas en el podio

Finalmente, la avenida de Santiago Amón de la capital palentina acogió la entrega de premios de la cuadragésima novena Vuelta a Palencia. La anécdota del día la protagonizó el conjunto ganador por equipos. Los integrantes del Caja Rural sorprendieron con un selfie en pleno podio. Algún maillot puesto al revés o el riego con champagne que el líder realizó tras la entrega de su trofeo fueron otros momentos divertidos que pudo vivir el público palentino en esta Vuelta a Palencia.