jose carlos diez
Domingo, 24 de agosto 2014, 22:48
Noventa y tres ciclistas tomaron la salida en la tercera etapa de la cuadragésimo novena Vuelta Ciclista a Palencia, que en esta ocasión se disputó entre Salinas de Pisuerga y Velilla del Río Carrión, distanciadas por 137 kilómetros de duros puertos.
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Después de una salida neutralizada por las calles de Salinas de Pisuerga, ya en la CL-626, trece corredores se pusieron en cabeza para agilizar el ritmo de la prueba, a partir de la salida oficial, llegando a alcanzar una distancia de 10 segundos, aunque fueron neutralizados a su llegada a Cervera de Pisuerga.
La localidad cerverana vio el abandono de Egoitz Fernández (Lizarte), que fue el primero en dejar la prueba. Tras pasar Cervera, encarando el Piedrasluengas, la carrera se convirtió en un continuo corte, en el que se llegaron a ver un grupo de cabeza y otro de puente formados por ocho y nueve unidades respectivamente, que serían neutralizados en el kilómetro 25.
Pronto se llegó a la meta volante de San Salvador de Cantamuda, situada en el kilómetro 27, en el que Antonio Jesús Soto (Telcom) se impuso a Diego Tirilonte (Gomur) y Rubén Crespo (Extremadura).
En Areños, muy cerca de la coronación del Piedrasluengas, llegaron a obtener una diferencia de 11 segundos con respecto al pelotón, metros antes de que se retirase el corredor Roberto Méndez, del Rías Baixas.
Llegando a Camasobres, un nuevo ataque del pelotón hizo que este se agrupase de nuevo. Poco antes de comenzar la bajada fueron Francesc Pascual (Mutua Levante) y Eduardo Armengol (Telcom) los que se pusieron en cabeza, consiguiendo una ventaja de 20 segundos.
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segunda etapa
El paso por el Piedrasluengas se lo otorgó Eduardo Armengol (Telco), seguido de Elías Vega (Zirauna) y Israel Nuño (Gomur). Después comenzó la trepidante bajada del puerto de Piedrasluengas, en el que sufrió una caída un corredor del Zirauna. Una bajada muy rápida, en el que la velocidad media rondó los 90 kilómetros por hora y donde los corredores llegaron a rebasar a varios de los coches de la cabeza de carrera.
Finalizando la trepidante bajada, Eduardo Armengol (Telco), que se puso en cabeza durante toda la bajada, fue absorbido por un grupo de 21 unidades que no quiso que nadie se escapase.
El paso por Potes (Cantabria) fue para Raúl Bosch (seguros Bilbao), David Casillas (Specialized) y Diego Tirilonte (Gomur).
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Desde Potes comenzó la subida del puerto de San Glorio, de primera categoría y que otorga el título de reina a esta etapa que discurre por las provincias de Palencia, León y Cantabria.
Una subida en la que se formaron tres grupos. En el de cabeza, el líder, que era seguido por un grupo de 13 unidades, a los que perseguía el resto del pelotón. Un continuo vaivén de corredores hizo que la subida fuese, cuanto menos, entretenida.
En el mirador de San Glorio, decenas de personas esperaban a los ciclistas, varias de ellas con pancartas de apoyo al corredor leonés Benito Duende.
Finalmente, después del baile de grupos, y de que una vaca se cruzase en el recorrido, fueron Enric Mas (Specialized), Marc Muñoz (Coluer) y Eduardo Armengol (Telcom) los que coronaron en las tres primeras posiciones la cima del San Glorio. No lo dudó Enric Mas, que se dispuso a lanzar un ataque a algo más de cuarenta kilómetros de la meta y llegó a sacar un minuto y 18 segundos al grupo en el que viajaba el líder.
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La meta volante de Boca de Huérgano (León) se la otorgó Mas, que fue seguido por el colombiano Steven Calderón e Israel Nuño, ambos del Gomur. El esprín de Siero tan solo vio alterado el orden, ya que Mas continuó en cabeza, pero Nuño adelantó a Calderón.
A kilómetro y medio de la meta, Jorge Arcas lanzó un ataque implacable, logrando la victoria en solitario en la meta de Velilla del Río Carrión, a cinco segundos del grupo del líder, que quedó finalmente en sexta posición.
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Una carrera de la que se pueden sacar como conclusiones que un corredor de equipo de alto nivel intentó romper, pero no lo consiguió por la lucha interesada de todos los equipos. Fue valiente aunque atacar a 40 kilómetros fue un error, porque es muy difícil que cualquier escapada con corredores de alto nivel pueda fructificar a tanta distancia. Finalmente ganó el más listo, el que supo conservar sus fuerzas.
Además, hubo una lucha cerrada entre los líderes de los equipos por intentar conseguir el maillot amarillo, una lucha en la que el líder terminó cansado y no se sabe cómo responderá a los ataques del resto de los corredores durante la última etapa. Algunos, incluso, llegaron a asegurar que podría verse sorprendido por el equipo segoviano de Alberto Contador. El final de la Vuelta no se escribirá hasta última la última etapa en Palencia.
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