josé carlos díez
Domingo, 17 de agosto 2014, 12:09
En plenas fiestas patronales de Nuestra Señora de Areños y San Roque, Velilla del Río Carrión ha acogido este sábado la octava edición del Concurso Nacional de Entibadores Mineros, en el que participaron veintiún parejas llegadas desde Palencia, León y Asturias.
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El concurso se celebra normalmente el día de Santa Bárbara o alrededor de esa fecha, pero este año ha sido movido con la intención de que los visitantes de Velilla, que en gran porcentaje tienen familiares mineros, puedan conocer la labor bajo tierra, según argumentó el alcalde del municipio, Gonzalo Pérez.
A las seis de la tarde, se realizó la distribución de los cuadros a los participantes y se les explicaron las normas, como el tiempo máximo a emplear en la realización de cada cuadro, que sería de una hora, a la que se podrían añadir diez minutos, que penalizarían 0,2 puntos por minuto.
Los vencedores en el Concurso Nacional de Entibadores Mineros fueron los asturianos Jovino Hevia y César Laudino Castaño, del club Bocamina, que obtuvieron una puntuación de 34,6 puntos, con un tiempo de 58 minutos y 5 segundos.
El segundo premio, también fue para Bocamina, en este caso para la pareja compuesta por Faustino Castaño y Santiago Niño, que lograron cuatro décimas menos, aunque invirtieron 10 minutos menos en la elaboración de su cuadro. A una décima se situó la tercera pareja, del club Bocamina, pero en este caso de Bembibre (León), compuesta por Joaquín Mendes y Horacio Sampedro.
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El premio comarcal recayó sobre la pareja compuesta por Evaristo Pablos y José Ramón Varona, que terminaron obteniendo una puntuación de 33,475 puntos y logrando un séptimo puesto que no estuvo nada mal.
Por otra parte, seis años después de su paso por Guardo, donde participó en el espectáculo acrobático preparado por el Motoclub Villa de Guardo con motivo de la concentración motera de Lechazos, el acróbata portugués Paulo Martinho regresó a la Montaña Palentina con motivo de las fiestas patronales de Velilla del Río Carrión.
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Centenares de espectadores se agolpaban en la calle conocida como M-30 de Velilla, para presenciar el espectáculo del portugués, que comenzó arrancando una de sus motos y haciéndola derrapar a pocos centímetros del muro en el que se encontraban decenas de espectadores y del bordillo de la acera.
El portugués sacó también a escena una moto con una modificación, una estructura que le hacía girar sobre si mismo tras un frenazo y un caballito. Además, también sacó un Kart Cross. Un sonoro aplauso despidió la actuación de Paulo Martinho.
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