Los recuerdos que nacen en el taller

Conocido por su monumental Historia de la Inclusa de Madrid, Pedro Espina Pérez (Valle de Cerrato, 1934) trabaja en la actualidad en la historia del Hospital Gregorio Marañón, pero esta investigación la ha aparcado para componer su nuevo libro, El Cerrato castellano. Galería de recuerdos (1934-1956) vistos el año 2012. Esta es una publicación original que mezcla recuerdos personales y colectivos del pueblo natal del autor y de la comarca.

El libro tuvo origen en la asistencia de Pedro Espina a un taller de recuerdos que se celebró en el centro de día del barrio madrileño en el que reside, Moratalaz. «Con el apoyo de un monitor, un grupo de doce personas mayores nos reuníamos para hablar de nuestro pasado, de nuestros recuerdos. Esto me permitió evocar mi niñez, mi adolescencia y mi primera juventud en Valle de Cerrato. Estas sesiones me motivaron para recuperar la memoria y me decidí a escribir el libro con ese material que iba apareciendo de mi pasado», explica Pedro Espina.

El libro, que presentará el próximo 14 de agosto en el Museo del Cerrato Castellano de Baltanás, se estructura como un diccionario en el que se recogen esos recuerdos del paisaje rural que vivió, y se complementa con fotografías y dibujos. La memoria de Pedro Espina se extiende en capítulos que recogen las plantas silvestres que conoció de pequeño; otros productos del campo; los aperos de labranza; las labores agrícolas; la ganadería; la elaboración de productos como el queso, el pan, el vino y el yeso y otros enseres.

La experiencia de Pedro Espina no puede ser más gratificante. «He escrito el libro con una gran satisfacción, porque nunca esperaba encontrarme con esta posibilidad. Ha sido una nueva experiencia recordar mi pasado en ese taller de los recuerdos, que me ha permitido volver atrás 55 años. Me marché del pueblo en 1957 y me he remontado a los años anteriores», explica Espina Pérez.

En Valle del Cerrato vivió hasta que salió para el servicio militar. Tenía 22 años y hasta entonces ayudaba a su padre en las labores del campo. En 1975 llegó a Madrid, donde ha pasado por varios trabajos hasta que se colocó en la Ciudad Sanitaria, que dependía de la Diputación madrileña antes de crearse la comunidad autónoma, donde trabajó como administrador delegado de la Inclusa y del Hospital Infantil, lo que explica que cuando se jubiló centró sus energías en publicar en 2005 la historia de un hospicio que llegó a proteger a 400 niños.

El primer trabajo de Pedro Espina en Madrid fue fundamental para su futuro en la capital española: fue empleado durante cuatro años de una gestoría y academia, en la que, además de trabajar, aprendió mecanografía, cultura general y contabilidad. Con este bagaje, posteriormente trabajó en una empresa de agentes comerciales y vendió libros de medicina en inglés.

Prólogo de Isacio Calleja

La labor que ha realizado en el libro El Cerrato castellano. Galería de recuerdos (1934-1956) vistos el año 2012 se ha centrado, según sus palabras, en «recopilar todo el material y darlo vida, plasmándolo en forma de diccionario en el que se explican todos los recuerdos que se me pasaron por la cabeza en el taller de Moratalaz». En total se han recogido 250 términos. «Es un material que quiero dar a conocer a los jóvenes para que sepan cómo fue la vida de un puedo del Cerrato, porque el Cerrato es la base de todas las acepciones del libro», explica Pedro Espina, que ha editado 500 ejemplares de la publicación. El prólogo lo ha escrito otro personaje ilustre de Valle de Cerrato él también lo es, el célebre futbolista Isacio Calleja, jugador profesional entre 1958 y 1972 y miembro de la selección española que se proclamó vencedora de la Eurocopa en 1964