Un reo intenta matar al falso monje shaolín y le hiere en el cuello y la cabeza

Dos puñaladas, una en la cabeza, cerca del hueso occipital, y otra en el cuello, cerca de la arteria carótida. Esta ha sido la agresión causada el pasado lunes por J. S. S., un interno del Centro Penitenciario La Moraleja, en Dueñas, a Juan Carlos Aguilar, más conocido como el falso monje shaolín, acusado de matar a dos mujeres en Bilbao, según ha informado este martes a través de un comunicado el sindicato de prisiones Acaip-Uso, mayoritario en Dueñas.

El suceso se ha producido en el módulo 9 de la prisión, uno de los dos de régimen cerrado que tiene el centro, donde cumplen condena en celdas separadas los dos internos. Sobre las 17:00 horas, tiempo habitual de paseo en el patio, el interno J. S. S., delante de dos trabajadores del centro, atacó al falso monje shaolín y le asestó dos puñaladas en la cabeza y en el cuello con un cepillo de dientes afilado, un arma de fabricación carcelaria que no pita al pasar por el detector de metales. «En los departamentos cerrados se pasa a los internos la raqueta detectora de metales cuando salen al patio y por eso utilizan estos pinchos de madera o de plástico, porque son muy pequeños y no pitan y además se afilan muy fácilmente, en media hora los tienes listos», abunda un representante de Acaip-Uso en La Moraleja.

«Parece ser que el falso monje se estaba adaptando muy bien a este módulo y que se llevaba bien con su agresor. Sin embargo, en ese momento debió de amenazar al otro interno y este, que padece alguna patología psiquiátrica, sin mediar palabra, se dirigió a él y le asestó las dos puñaladas», ha añadido por su parte un delegado de UGT en la prisión de Dueñas. El representante del sindicato Acaip-Uso señala que las intenciones del agresor eran más claras, puesto que pensaba que agrediendo al falso monje iba a conseguir notoriedad y el traslado a uno de los dos centros penitenciarios psiquiátricos que existen en España, el de Fontcalent (Alicante) y el de Sevilla. «Parece que el agresor iba comentando que si mataba al falso monje, como era famoso, le iban a trasladar a un centro penitenciario psiquiátrico, que es lo que quiere», indica el sindicalista.

Siete funcionarios intentaron reducir al agresor, un interno de origen canario con un alto perfil psiquiátrico y muy conflictivo, características a las que se suma su corpulencia (más de 1,90 metros de estatura y más de 120 kilos de peso). Cuatro de los funcionarios han resultado heridos con contusiones leves, recogidas en sendos partes de lesiones firmados por los médicos del centro. «A un compañero le dio un puñetazo en la cabeza y a otro, una patada también en la cabeza. Afortunadamente no les dio a ninguno en la nariz o en el pómulo, si no, se los podría haber roto y ahora estarían en el hospital, por lo que al final, dentro de lo que cabe, hubo bastante suerte», reconoce un miembro de Acaip-Uso.

J. S. S. ha sido trasladado al departamento de aislamiento más restrictivo, el módulo 15, ya que, según explican desde el sindicato mayoritario en la prisión de Dueñas, su actitud fue muy violenta en todo momento. Además, para que no provocara un incidente aún más grave, ha habido que aplicarle sujeción mecánica. «Este interno ya había protagonizado más conflictos anteriormente. Desde febrero, mes en el que llegó al centro, le han tenido que aplicar sujeción mecánica en dos ocasiones, y con esta última ya suman tres», detalla el representante de Acaip-Uso. «En cinco meses, tres veces. Con este apuñalamiento espero que le den traslado a otro centro, pero hasta que le trasladan tiene que protagonizar media docena de incidentes, de agresiones...», agrega enfadado.

Trasladado al hospital

Por su parte, tras la agresión, al falso monje se le practicó una primera cura en la enfermería del centro penitenciario y posteriormente fue trasladado al Hospital Río Carrión de Palencia. «En la parte de atrás de la cabeza, donde le asestaron una de las puñaladas, tiene dos grapas que le pusieron en la enfermería del centro. Y la herida del cuello era bastante grave y profunda, pero gracias a que había muchos funcionarios en el momento de la agresión que le pararon y también a que no le hirió en la arteria carótida, que era lo que más cerca tenía, no estamos hablando ahora de consecuencias peores», reconoce el sindicalista de Acaip-Uso.

El falso monje regresó al centro penitenciario de madrugada y fue conducido, al igual que su agresor, al módulo 15. «Creo que la decisión de dejarlo en el módulo de aislamiento más restrictivo se hizo con la intención de que no tenga contacto con el resto de internos que habían estado presentes en la pelea», manifiesta el representante del sindicato mayoritario en La Moraleja, quien agrega que el comportamiento de Juan Carlos Aguilar en la prisión ha sido siempre bueno, «aquí dentro no es conflictivo y no protagoniza altercados». Asimismo, el sindicalista apostilla que la agresión sufrida por el falso monje el pasado lunes ha sido la primera desde que ingresó en el centro penitenciario de La Moraleja procedente de una prisión vasca el 12 de julio de 2013. Su primer destino fue una celda especial en el módulo de enfermería del centro que se utiliza para aislar a los reclusos a los que se aplica el protocolo antisuicidios.

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