raquel martínez
Viernes, 13 de junio 2014, 12:31
Villamartín de Campos se convertirá durante el fin de semana en el epicentro de la fiesta de la comarca, con la celebración de sus actos festivos en honor a San Antonio. Uno de los más populares tuvo lugar ayer, el Pipote, una tradición en la que el mayordomo de la Cofradía de San Antonio adquiere especial importancia. Este año, la responsabilidad ha recaído en Sara Alegre.
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«Antiguamente se quemaba un pellejo de vino y el mayordomo invitaba en su casa a cinco refrescos, pero ahora los gastos corren por cuenta de la cofradía y el mayordomo decide si colabora o no», explica Víctor Alegre, alcalde de la localidad, quien espera una alta participación en todos los actos organizados, que poco difieren de los del pasado año, entre otras cosas porque la situación económica del Ayuntamiento es positiva. «Tenemos superávit, por lo que no hemos tenido que hacer ningún recorte en el programa por falta de dinero», señala orgulloso el regidor.
Una tortilla gigante
Una de las novedades incluidas este año está prevista para mañana, con la elaboración de una tortilla gigante. «Unos amigos de Cascón de la Nava van a intentar hacer una tortilla gigante en una paellera. Es difícil que salga, pero lo van a intentar y, si sale, se repartirán luego pinchos entre los vecinos», indica Víctor Alegre, quien destaca que en las fiestas de Villamartín se organizan diversos actos culinarios «porque siempre funcionan muy bien».
Pero si hay dos elementos indispensables que nunca pueden faltar en los festejos de San Antonio son las danzas y el paloteo, una tradición muy arraigada en la localidad, al igual que en otros municipios de la comarca de Campos. «Siempre tienen un hueco en el programa, por supuesto. Cuando yo dancé la primera vez tenía doce años. Por aquella época era muy complicado entrar en el grupo y se llevaba muy a rajatabla, ensayábamos desde el 15 de mayo hasta San Antonio, pero ya no es como antes», rememora el alcalde. «Es una tradición que pervivirá, no la veo peligrar porque se va transmitiendo de generación en generación. De hecho, actualmente hay un grupo formado por chavales de unos 13 años y otro de niños más pequeños, así que tiene futuro», asegura convencido Víctor Alegre.
Los vecinos de Villamartín tienen tres días por delante para disfrutar de las actividades festivas, para cuya organización se ha pensado en agradar a todos los públicos. «Vendrá el grupo La Curva del 20 para los más jóvenes, habrá actividades para niños y el domingo un homenaje a los mayores, hay actos para todos», indica el regidor, quien agradece la colaboración de los vecinos para que las fiestas sean cada año un éxito.
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