150 kilos de caracoles para conmemorar San Marcos con lluvia en el Sotillo

La participación se vio afectada en esta edición por la meteorología, viéndose reducida a más de la mitad, tras los 11 participantes del pasado año. En el escenario, los tres miembros del jurado esperaban ansiosos para otorgar un veredicto y probar el plato de todos los participantes. Los tres aspectos a valorar eran claros: sabor, textura y caldo. Un concurso con predominio de veteranos al no contar con ningún debutante y con varios ganadores de anteriores ediciones. El primer premio fue para Julio César Zamora, seguido de Jaime Gil y la tercera posición de este podio de cazuelas y estofados recayó en la asociación de vecinos de la Avenida de Madrid.

Los focos pasaron de los caracoles a la lluvia tras su aparición en el Parque del Sotillo durante la tarde de este jueves. Una lotería meteorológica que volvió a salir cruz para la festividad en la capital en este San Marcos, que hizo honor a su título de patrón de los charcos. Las gotas intermitentes quitaron las ganas a algunos palentinos de disfrutar de este manjar como en pasadas ediciones. Pero, a pesar de todo, decenas de personas no dudaron en acudir al Parque del Sotillo, lugar donde se celebra la tradicional romería como cada año. Y, además, tras alejarse las nubes y volver el sol, la gente se animó a retornar a esta romería.

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Los asistentes pudieron visitar todos los puestos de venta de productos artesanales, gastronómicos y demás que ocupaban toda la calle central del Sotillo y para los más pequeños, de los hinchables y demás atracciones. La discoteca móvil amenizó los instantes junto a la barra dedicada a la venta de caracoles y otros productos. Los moluscos pasaron a ser la gran atracción para todos los asistentes, con los 100 kilos preparados por el cocinero Víctor Carranza, de 'Ruralchef'. En total, 150 kilos de caracoles para conmemorar San Marcos. De la lista de opciones como croquetas de boletus o torreznos, los caracoles vencieron un año más por goleada, lo que provocó que los palillos pasaran a ser el mejor aliado y chuparse los dedos el mejor recurso para todos los palentinos. En los momentos de lluvia, las mesas junto al escenario y bajo la carpa pasaban a ser el espacio más cotizado para resguardarse de la pequeña tormenta.