130 participantes en el concurso de ollas ferroviarias de Guardo

Los participantes compitieron en la elaboración de las tradicionales ollas ferroviarias, cuyo ingrediente principal eran las alubias suministradas por la organización, el Ayuntamiento de Guardo, en colaboración con Alimentos de Palencia, patrocinados por la Diputación de Palencia. Solo se permitieron ingredientes proporcionados por la organización, y cualquier adición de verduras u otros condimentos fue responsabilidad de los concursantes.

La jornada comenzó temprano, a las nueve de la mañana, con la entrega de los ingredientes a los participantes en la Plaza del Ayuntamiento, donde se llevó a cabo la elaboración de las ollas 'in situ' ante la mirada expectante del público y bajo el estricto control del jurado. Se hizo hincapié en que la preparación debía realizarse en su totalidad en el lugar indicado, sin la posibilidad de preparar caldos o ingredientes aparte, y esto se hizo cumplir estrictamente.

El jurado, compuesto por miembros designados por la organización, evaluó la cocción, el sabor y la presentación de cada olla, y sus puntuaciones se sumaron ponderadamente para determinar a los ganadores. En caso de empate, la cocción se consideró como criterio principal.

Los premios en juego eran muy atractivos. El ganador del primer premio fue José Carlos Domínguez Castro, de Olleros de Sabero (León), quien recibió un premio de 500 euros, un trofeo y un lote de alimentos. Los premios para el segundo, tercer, cuarto y quinto puesto consistieron en 300, 200, 150 y 100 euros, que fueron a parar a Amorebieta y Balmaseda (Vizcaya), Guardo y Balmaseda (Vizcaya) respectivamente.

La competición se extendió hasta el vigésimo puesto, con premios en metálico y diplomas para cada uno. Además, se otorgó un premio especial de 200 euros y un diploma a la mejor olla preparada por un participante inscrito por Castilla y León, que coincidió con el ganador del Concurso.

La entrega de los premios se llevó a cabo en la misma Plaza del Ayuntamiento de Guardo, en un final que coronó a los maestros de las ollas ferroviarias. Nuevamente, este evento ha demostrado ser un atractivo para la localidad y una tradición culinaria que ha perdurado a lo largo de los años.

Este tipo de alimento era típico de los ferroviarios en la época del vapor. El carbón y las brasas de la locomotora servían para calentar la comida, que también elaboraban los miembros del ferrocarril de La Robla.