Illa, el ministro del ramo, ya ha anunciado que estas serán unas Navidades 'diferentes' y puritanas, dominadas por las verdades de la ciencia… que van cambiando cada día que pasa. Los expertos recomiendan la observancia de las seis 'emes': mascarilla, manos lavadas –ahora se higienizan, ... que lo de lavárselas lo hacía Poncio Pilato–, metros de distancia –que corra el aire–, minimizar contactos, maximizar ventilación y me quedo en casa mejor. Vamos, España a la inversa. Y un señor de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Jesús Molina-Cabrillana, dice que es imposible controlar lo que pase dentro de los hogares –oiga, faltaría más–, pero que «no debemos juntarnos como siempre».

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Total, que no podremos ser más de diez comensales, ni tocar la zambomba más allá de la una y media. Hasta la Xunta ha dicho que a los niños no se les cuente como a personas, y esto es un atropello para el niño. Se imponen así la prudencia y la asepsia, aunque todo apunta a que en enero nos meteremos de hoz y coz en la tercera ola, porque el personal ha hecho toda la vida lo que le ha dado la gana.

La RAE se ha anticipado a los regalos, incorporando las palabras 'coronavirus', 'covid', 'cuarentenar','euroesclerosis', 'fascistoide', 'izquierdizar', 'microcrédito', 'mitinero', 'parafascista', 'partitocracia', 'seroprevalencia', 'trolear', 'videollamada' y ha añadido al 'macho alfa' y 'macho dominante', retratando así un annus horribilis que termina de aquella manera. Como todo lo que se hace mal.

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