El autor considera que «para gozar del ciclismo (...), pero de verdad», el certamen «debería venir ahora, en enero, y que los esforzados de la ruta disfrutaran del deporte, pero con nuestro clima real»
Aún recuerdo una contrarreloj que hubo en 1983 y que yo vi en la mediana del Paseo de Zorrilla. Me llevó una de mis hermanas, que estaba enamorada de Julián Gorospe, el protagonista de aquel Reynolds mítico y que creo que aquel día quedó segundo. Aunque yo, en realidad, a quien quería ver era Hinault, mi favorito, que fue además el ganador y cuya pegatina puso cara a mi chapa favorita, una roja y plana de Luzil. Porque, por entonces, el ciclismo tenía tanto tirón que yo ahorraba para comprar detergente solo por la chapa. Luego me hice fan de Álvaro Pino, que también tuvo su chapa privilegiada y fue mi favorita, por delante de las de Vicente Belda, Pepe Recio y, siempre cerrando el grupo, Marino Lejarreta. Qué tiempos los de Kelly, el KAS, el Zor-BH. Y Echave, Gastón, Chozas… Han pasado cuarenta años de aquellas chapas llenas de cera en los patios de los colegios. Supongo que ahora los niños jugarán a las chapas digitales, mirando una pantalla en lugar del suelo y lanzando con la barra espaciadora en lugar de con los dedos pulgar y corazón. Y, por supuesto, ya no se harán la Vuelta Ciclista por su pueblo, con un cronómetro en la mano. Luego decimos que en nuestros tiempos hacía más calor, pero, en realidad, lo único que pasa es que a las cuatro de la tarde de un 15 de julio ya estábamos mi hermano y yo en el pueblo con la bici como si fueramos Cipollini y Abdoujaparov, levantando tanto los brazos en la línea de meta que más de una vez me he abierto la cabeza contra un palomar.
En cualquier caso, este año también los más jóvenes podrán ver una contrarreloj de La Vuelta, igual que la vimos nosotros. Será en plenas Ferias y digo yo que, ya que estamos, podían dejar de dar vueltas por la planicie de esta ciudad y subirse la cuesta de Parquesol, con un par, que eso sí que es un puerto y no La Madeleine. Parquesol, 'hors categorie'. Y, de paso, que se den una vuelta por las Casetas y bajen cada uno con un bollo preñao de la Casa de Asturias, media empanada gallega y el bidón hasta arriba con un cachi de rebujito de Casa de Andalucía. Y que se lo beban haciendo un agujerito en la base, para seguir la tradición secular de esta ciudad. Desde luego, si lo que quiere alguien es ver pedales, no se me ocurre un lugar y un momento mejor que ir a las casetas regionales un 5 de septiembre.
La etapa saldrá, según parece, del antiguo Paseo de Isabel la Católica -hoy Velódromo Óscar Puente-, y me parece bien, supongo que así alguien utilizará, por fin, el carril bici para algo. Podían ir directamente por el paseo del río, como los demás. Aunque creo que deberíamos hacer un recorrido que pase por los túneles nuevos, para promocionarlos un poco y que los jubilados de toda España vean la sublime belleza de nuestras obras. Y que pase por el túnel de Andrómeda, que siempre me ha parecido que tiene nombre de disco de Franco Battiato, con sus corrientes gravitacionales y sus centros de gravedad permanentes. Y cuando terminen el recorrido, los ciclistas podrán aparcar la bici en esas cosas naranjas e inútiles que hay por la ciudad, y no, no me refiero a los concejales de Ciudadanos. Aunque no se puede ir a más de 30 km/h por el carril bici, así que, a lo mejor, cuando lleguen a la meta estamos ya viendo a Taylor Swift o a Mocedades, que aquí somos de alternar impactos en redes con impactos en el presupuesto. Y, además, podremos aprovechar para poner pintadas en el suelo, de esas de 'Chaba leyenda', 'Eterno Perico' o 'Siempre Cubino'. Ya me imagino la cámara de TVE haciendo un plano largo del Paseo de Zorrilla con la grúa, enfocando a unos pavos reales que cruzan, a una ardilla en el coche del Movistar, a un jubilado pensando que lo que viene es la Vera Cruz, un niño esperando la cabalgaza, un peñista con gafas de sol y un cachi de calimocho de ayer y unos señores indignados porque no se puede pasar al centro y han quedado a comer a las 14:00 en el Figón para ir a los Toros. Y ya me dirás como llegan.
Y en el suelo unos mensajes del tipo 'Saravia en el recuerdo', 'Siempre Angulo' o 'El socialismo con el cicloturismo'. O cosas más castizas, qué sé yo, 'Viva el Cristo de la Luz', 'Un Oscar para Concha Velasco', 'Rondilla nación' o 'Valladolid con el arzobispo Gandásegui'. Quizá reivindicaciones como 'La croqueta del Corcho es la mejor' y otro que responde abajo 'La mejor es la de mi madre'. Y mas abajo aún, el primero, que aclara: 'Mi madre es la de El Corcho, pelele'. Pucelita total.
Aunque yo creo que, para gozar del ciclismo en Valladolid, pero de verdad, la Vuelta debería venir ahora, en enero, y que los esforzados de la ruta disfrutaran del deporte, pero con nuestro clima real, el de los cuatro bajo cero, con el que sale mi amigo Japo. Y así podríamos ver una contrarreloj bajo una lluvia torrencial, una cronoescalada en medio de una helada, un sprint con cadenas para la nieve, una meta volante de noche y con cencellada, una persecución entre la niebla, que no sabes si persigues a un escapado o a un corzo y, por qué no, una etapa de montaña en la que se suba al Cerro San Cristóbal. Y que el avituallamiento lo llevaran unos San Bernardos. Y en lugar de glucosa, se apretaran unas chuletillas de lechazo y media botella de Carraovejas. Y en lugar de azafatas, las reinas de las fiestas de Matapozuelos y de Pozaldez. Y detrás, cerrando el pelotón, un rebaño de Churras. Y luego unos cofrades. Y, cerrando, De los Mozos. Todo muy pucelano.
Ojalá se aproveche para que venga turismo. Que se vea bien la Academia de Caballería, San Pablo, que pasen los ciclistas por la Catedral, pero por dentro, como el Jueves Santo, y se hagan un Vía Crucis con todas las estaciones, hasta la de Renfe. Y luego que se vayan hasta Puente Duero dándose una vuelta por la piscina de FASA. Y por FASA, qué narices, una ruta por Carrocerías y por Motores, eso es lo que queremos. Y hacer un homenaje a Anselmo Fuerte, a Peio Ruiz Cabestany, a Arroyo y, por supuesto, a Pedro Delgado y a Miguel Indurain. Aunque yo lo que quiero, realmente, es jugar a las chapas. Y comprar cintas PDM, cocinas Teka, relojes Lotus, zapatillas Kelme y escuchar a Azul y Negro. Y, sobre todo, ¡que vuelva el Zor Helios!
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