Secciones
Servicios
Destacamos
Nos enfrentamos a una crisis de salud excepcional, una crisis sin precedentes. Una crisis que afecta profundamente a nuestros mayores, a nuestro modo de vida e incluso a nuestra razón de ser. Algo que recordaremos siempre quienes tengamos la fortuna de seguir aquí cuando ... esto pase.
Camino de las 20.000 víctimas en España (¡20.000!) resulta repugnante toparse con quienes disfrutan en la permanente trinchera de la política, con quienes de uno y otro lado asoman la patita cada vez que pueden con los tristes argumentos de la desgracia ajena, alejándose por supuesto de las fuentes fiables y del análisis sensato para erigirse como voceros de la porquería que circula estos días por grupos de WhastApp y redes sociales. Ahí les den a quienes pretenden que nos sumemos al estercolero de odio y mezquindad desde su poltrona del pensamiento único y simplista, a quienes quieren controlar un relato que ni la propia Organización Mundial de la Salud ha escrito todavía.
Vale la pena más que nunca alejarse del ruido para pensar en las personas que, desde cualquiera de sus ámbitos de actuación, están haciendo más de lo esperado, más de lo que tienen que hacer, más de lo que podemos imaginar quienes vivimos en la comodidad del teletrabajo. El mejor homenaje que podemos hacerles a ellos, y sobre todo a las víctimas, es poner en práctica algo tan denostado como la prudencia. Y, cuando tengamos las respuestas a los porqués, actuar desde la exigencia incontestable de los hechos. A no ser, claro está, que prefiramos aquello de «no dejes que la verdad te estropee un buen titular».
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.