![Viva la incoherencia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202109/07/media/cortadas/sanjose-kDmF-U150446012489z8B-1248x770@El%20Norte.jpg)
Viva la incoherencia
Dados rodando ·
«Saber a ciencia cierta qué es lo permitido y lo prohibido (...), o tratar de aplicar la racionalidad a una situación absurda, es un esfuerzo inútil que conduce irremediablemente a la melancolía»Secciones
Servicios
Destacamos
Dados rodando ·
«Saber a ciencia cierta qué es lo permitido y lo prohibido (...), o tratar de aplicar la racionalidad a una situación absurda, es un esfuerzo inútil que conduce irremediablemente a la melancolía»La escena resulta lisérgica de todo punto. Una cuadrilla de personas charlan a voz en grito en una terraza, mientras beben una copa fraternal. Se supone que los aerosoles circulan de manera intensiva entre ellos, ya que tienen las caras totalmente descubiertas. Más tarde, a ... la hora de las despedidas, tras los abrazos de rigor, observamos cómo todos ellos se embozan con la mascarilla para salir al aire libre de la calle, en un ejercicio tan absurdo como repetido. Esto es así en estos tiempos en los que nadie sabe a qué carta quedarse con respecto a las medidas de precaución contra el covid. En esta sarta de incoherencias en la que vivimos hay personas que ya dan la mano como si tal cosa y otras que saludan llevándose la palma al corazón al modo oriental. Se han proscrito los servilleteros de los bares, como si fueran contenedores de curare, y quien más quien menos hace de su capa un sayo contribuyendo a la confusión general.
Personalmente, he vivido este agosto dos ejemplos que quizá les suenen: en un hotel de Canarias hacerse con las viandas del desayuno era como penetrar en un laboratorio atómico de alta seguridad. Todo a metros de distancia, empaquetado y siempre por persona interpuesta. En otro establecimiento, unos días después, casi te podías lavar las manos en un enorme cuenco del yogur liquido o tocar lo que quisieras de las vitrinas, con todos los alimentos expuestos como antes de la pandemia. ¿Alguien lo explica?
En unos lugares públicos nos rocían con gel hidroalcohólico como para una desinfección profunda, en otros no lo exigen en absoluto. Depende del local, supermercado, tienda o establecimiento en el que estemos. Al pasar por la recepción de un hotel, a la llegada, te hacen firmar con un bolígrafo desinfectado que tienes que extraer de una bolsa de plástico. A partir de ahí, cada vez que firmas un servicio o consumición los empleados te extienden uno que ha pasado por más manos de las deseables. Y lo mismo ocurre con las alfombras para eliminar gérmenes de las suelas de los zapatos. En unos lugares las hay y en otros brillan por su ausencia. Coherencia se llama esto.
En los aeropuertos nos instan a «mantener en todo momento la distancia de seguridad», pero luego embarcamos y dentro del avión viajamos estabulados a escasos centímetros unos de otros. Lo mejor es que a la hora de salir del aparato nos vuelven a obligar a hacerlo escalonadamente, como si la anomalía del vuelo quisiera redimirse dando buena impresión de seguridad en los pasillos de los aeródromos.
Así las cosas, saber a ciencia cierta qué es lo permitido y lo prohibido, lo que se puede hacer y lo que no, conocer el modo y manera de actuación en según qué sitios y circunstancias, o tratar de aplicar la racionalidad a una situación absurda, es un esfuerzo inútil que conduce irremediablemente a la melancolía. En uno de dos hoteles en los que he estado este verano preguntar por el spa, cerrado a cal y canto, era como transgredir los limites más sagrados. En otro, sin embargo, les aseguro que uno podía meterse en el jacuzzi sin solución de continuidad con el cliente anterior, utilizar la sauna de forma colectiva o darse duchas de agua atomizada sin mayor problema. En fin, un carajal y un despropósito. La anarquía socio-sanitaria nos ha ganado la partida mientras los jueces permiten o prohiben determinados protocolos en función de cada comunidad autónoma. En resumen: viva la incoherencia y sálvese quien pueda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.