El viento dejó lo que

Se vuelve a repartir pues y será el 13 de febrero. No piensen mal, que si el frío desmovilizador, las aturdidoras navidades o el futuro judicial imperfecto que se le avecina, no; 'don Alfonso ni décimo ni sabio' eligió tal fecha para disponer de regalo original en la romántica cena del día después, noche de los enamorados. Mientras, aderezará los vermús prometiendo lo que, cuando pudo, ni intentó. Y hablando de Madrid. Como si el mismo traje valiese para cuerpos tan diferentes. Tiene suerte, del 19 al 22 el mostrador ha perdido un producto. Entonces hubo quien hizo cuentas y le salió la posibilidad de un fin de era. De aquello queda un ruidito, el estertor. Aquel producto, Ciudadanos, tomó peso pero salió defectuoso: apuntaló el pasado para permitirle instalarse en el tiempo venidero. Sirvió, eso sí, para que durante un par de años, Igea emulase a Antonio Tardini, el personaje interpretado por Ulises Dumont en 'El viento se llevó lo que', haciéndonos saber que 'lo tengo, carajo' cuando, muchos años después de Einstein, Freud o Marx, creía haber descubierto la relatividad, el psicoanálisis o el comunismo.

Y yendo a la capital a exponer sus descubrimientos. 'Alfonso ni décimo ni sabio' tiene la cena de San Valentín preparada. Parece desconocer que quienes fueron sus amigos se aproximarán pero no con idea de felicitarle. Compartieron santoral, pero la distancia es el olvido.