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Mis tripas, corazón ·
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Mis tripas, corazón ·
Por fin una Dirección General de Protección Animal. Galgos ahorcados, imágenes del pasadoHubo un tiempo en que los pinares de estas tierras se convirtieron en paisajes de ahorcados. No era raro encontrar una rama con soga, nudo ... y perro colgando. Creo recordar que el gran fotógrafo medinense Ángel Marcos me mostró alguna vez imágenes terribles de aquellos columpios mortuorios. Vida perra. Prácticas de no hace tanto que acabaron por casi extinguirse a golpe de protestas, multas y penas.
El domingo 2 de febrero tendrán lugar manifestaciones en cinco provincias de esta comunidad, y en otras 34 del resto del territorio nacional, para denunciar las negativas consecuencias de la caza, entre ellas y, sobre todo, el maltrato a galgos, podencos y otras razas de perros.
Es ahora, en esta época de vientos huracanados, temperaturas gélidas y anhelos de primaveras, cuando finaliza la temporada de caza con galgo. Los dueños han comprobado las cualidades cinegéticas de sus estilizados canes y son muchos los que ya están descartados para la próxima cita.
No fue hace tantos años, exactamente en noviembre de 2013, cuando se dictó en Toledo la primera sentencia que condenaba en España a un cazador por ahorcar a sus galgos. Ante el juez, el acusado afirmó que «desconocía que ahorcar animales fuese delito», que su abuelo lo había hecho toda la vida y admitió que los sacrificó «porque tenían defectos» y no le valían para la caza.
Como no podemos desenterrar a nuestros abuelos (posiblemente casi todos hayan participado en alguna práctica de esas, llámese ahorcamiento, tirada de cabra desde la torre, rebanamiento de cuello de gallo, o tiro de saco al río con ocho o diez cachorros) para juzgarlos posmortem sobre sus actos heredados de la ignorancia, la incivilización o la ausencia de piedad. Como no podemos penar sus costumbres, juzguemos, al menos, nuestra actitud actual y démonos cuenta de todo lo que hemos tenido que aprender de la crueldad para no volver a revolcarnos en ella.
Está bien, a propósito, lo que manifestaba hace un par de años el presidente de la Federación Española de Galgos: «El que maltrata a un perro no es de los nuestros, no es un galguero, es un delincuente». Sé, además, de buena tinta, que mi gran amigo y comunicador Leonardo de la Fuente es amante de las prácticas cinegéticas en compañía de sus adoradas perrillas, 'Chana' y 'Mía', por las que bebe vientos y desataría tempestades si alguien osara hacerles sufrir.
Vamos avanzando. Tenemos, por fin, la primera Dirección General de Protección Animal. El compromiso es impulsar una ley de bienestar que garantice una relación respetuosa hacia todos los seres vivos incluyendo la revisión de la fiscalidad de los servicios veterinarios. Porque seres vivos son y no los queremos ahorcados, ni vejados, ni pateados.
Paso a paso. Ya lo dijo Víctor Hugo: «Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales».
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