Tienda de todo tipo de productos de alimentación y del hogar en Villavicencio. Gabriel Villamil

Gracias, comercio

En términos nacionales, se calcula que 200 comercios 'echan' el cierre al día. Esta situación, sin duda, es alarmante. Sin comercio de proximidad nuestras ciudades pierden vida, pierden calidad (y calidez), pierden empleo y pierden actividad económica

Víctor A. Caramanzana Rey

Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Valladolid

Domingo, 24 de diciembre 2023, 00:38

Hubo una época no demasiado lejana a nuestra actualidad en la que en las calles de Valladolid reinaba un comercio clásico. Los trajes se hacían a medida en Braun, la ropa de temporada (ahora conocida como prêt-à-porter) se compraba en Soler, los enamorados ... compraban sus anillos de compromiso en Ambrosio Pérez, en ninguna casa faltaba una caja de costura con botones e hilos de Casa Juanito, las navajas se afilaban en cuchillería Blanco, la nevera se llenaba con los productos de los supermercados La Gloria y el verano empezaba saboreando los helados de Risko. Estos son algunos de los más de 1.000 comercios que han echado el cierre en la ciudad en los últimos 10 años. Comercios de siempre, en los que sabías el nombre del comerciante igual que este conocía el tuyo, que han tenido que aprender a convivir con nuevas formas de comercialización. Muchos de estos establecimientos aún cuelgan el cartel de «se vende» o «se alquila» vacíos de actividad, pero repletos de nostalgia de lo que algún día fueron. Tristemente, no se trata de una situación exclusiva de Valladolid. Esta misma semana conocíamos el estudio de la Confederación de Comercio de Castilla y León que sitúa en un 25% el cierre de comercios de Castilla y León en la última década. En términos nacionales, se calcula que 200 comercios «echan» el cierre al día. Esta situación, sin duda, es alarmante. Sin comercio de proximidad nuestras ciudades pierden vida, pierden calidad (y calidez), pierden empleo y pierden actividad económica. En el entorno comercial actual, la innovación y la generación de una experiencia de compra positiva son esenciales para la competitividad y el éxito a largo plazo de cualquier negocio. No solo el comercio debe trabajar por estar a la vanguardia. Debemos, necesariamente, mejorar las políticas que afectan a nuestros comerciantes, ya que son parte de la cultura y del patrimonio local. Quizás debamos comenzar por escucharlos de cerca, a pie de calle, para conocer sus preocupaciones y no recordar sus problemas solo en épocas como rebajas o Navidad. Es y debe ser una responsabilidad de todos, de nuestras administraciones, asociaciones y de la ciudadanía. Y, por supuesto, también de las Cámaras de Comercio. Sirvan estas líneas, por tanto, como compromiso hacia todos esos comerciantes que dedican su vida a sus clientes, que han mantenido generación tras generación esos pequeños negocios, son motor económico de nuestras calles y forman parte de la cultura de nuestra cuidad. Gracias y enhorabuena a todos ellos, también, por hacer de nuestras ciudades lugares más amables, acogedores y familiares.

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