Ahora resulta que a los adolescentes de hoy les resulta ofensiva la serie 'Friends'. Los protagonistas, los eternos Rachel, Monica, Phoebe, Ross, Chandler y Joey, no paran de salir en los medios a pedir disculpas enfrentándose, como pueden, a las indignadas hordas de ofendiditos.

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Dicen ... los jóvenes que no hay diversidad racial en la serie, que existe una clara gordofobia en los flashbacks protagonizados por la adolescente Monica, que algunas relaciones son tóxicas, que ciertas situaciones no pasan el filtro de unas nuevas generaciones que, para algunas cosas, tienen la piel muy fina. No ven bien la aparición del padre transgénero de Chandler, el que Ross salga con una alumna, el que Chandler esté aterrorizado en un capítulo porque la gente piensa que es gay, etc.

En fin, 'Friends' se estrenó hace 30 años y el mundo (felizmente) no era el mismo. Si por algo se caracterizó Friends fue por ser transgresora, valiente, tratar temas tabú y derribar muchos prejuicios (eso sin olvidar que fueron pioneros en igualdad de salarios de actores y actrices).

Hay que ser muy ridículo y corto de miras para juzgar a un personaje de ficción de hace treinta años con los valores de la sociedad actual. Cuando los jóvenes vean algunas películas clásicas de Hollywood se van a caer patas arriba.

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Doy por sentado que a los Monty Python les llevarán a la hoguera. Eso sí, no parecen escandalizarse con las letras del reguetón, ya saben «esa belleza me llevó secuestrao, la puta me ha dejao con el picho pelao, que tú eres bien puta» o «darte como una perra, como una cualquiera jalarte por el pelo, agarrarte por el suelo, usarte como escoba, aúlla como loba».

Sin duda, seguiremos hablando de esto porque la imbecilidad no tiene fin y la Asociación de Ofendiditos no descansa. Lo de la quema de libros se acerca.

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