Una vela a Feijóo, otra a Ayuso
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El panorama de Castilla y León despide tal olor a político difunto que lastra la acción no solo de la oposición (Ah, ¿pero existe?) sino también del PP, obsesionado con el Presupuesto 2023Secciones
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El panorama de Castilla y León despide tal olor a político difunto que lastra la acción no solo de la oposición (Ah, ¿pero existe?) sino también del PP, obsesionado con el Presupuesto 2023La ciclotimia en la que está sumergido el PP desde la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa en 2018 ha escrito otro episodio. Alberto Núñez Feijóo, al que fueron a buscar a Galicia bajo palio los barones populares a primeros ... de año para deshacerse de Pablo Casado, ha comenzado a probar la inquina que define la vida interna de su partido. Del cielo al suelo en diez meses. De las puertas de la Moncloa a lomos de las encuestas a fuera de las murallas institucionales. Los mismos que lo auparon han decidido ponerlo a prueba, a ver si aguanta. Y luego dicen que no hay poderes ocultos: válganos el cielo.
Cabría pensar que después de que Feijóo rompiese la pasada semana las negociaciones del Poder Judicial y se filtrara desde el PP que había sucumbido a presiones de sus sectores más duros, habría comenzado una recolocación de todos esos que llevan ensalzando al gallego desde que lo dejaron en la madrileña sede de Génova. Pero no se engañe el lector: los mismos que ponían vela a Feijóo se encargaron de encender otra ante la madrileña Isabel Díaz Ayuso. El ejemplo más claro es el del barón castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco, que nunca fue 'santo' de la devoción de Feijóo (menos desde el pacto con Vox). Eso se ha notado desde que el salmantino se hizo cargo de la presidencia del PP de Castilla yLeón ya que no desaprovechó ocasión pública a su alcance para obtener al menos un mínimo reconocimiento por parte del gallego. Eran aquellos tiempos, además, los del peor trato a Mañueco por parte de la dirección nacional de Casado y Teodoro García Egea, quienes maniobraron para cargarse al líder popular regional. No solo no lo consiguieron, sino que a quien lanzaron como posible sustituta, la palentina Milagros Marcos, fue condenada al mayor de los ostracismos. Atentos a las listas populares, las de las inmediatas municipales y las de las posteriores generales (si Sánchez no decide hacer coincidir ambas), que Mañueco llenó un cuaderno con las traiciones de los 'Egea boys', hoy venidos a menos al perder la protección del otrora todopoderoso secretario general del PP; es lo que tiene el poder, que si te emborrachas de él no mides. En el PP de Castilla y León en la etapa de Casado y Egea muchos no midieron y Mañueco anotó quiénes.
El presidente de Castilla y León no ha dejado en estos meses de fomentar las relaciones con Feijóo y con Ayuso. Al primero no ha conseguido llevarlo a Valladolid a la Presidencia de la Junta o a la del PP, pero tiene tres fotos con él en una junta directiva (eso sí, en Segovia), en la feria agropecuaria de Salamanca (Mañueco empieza a mostrar con su megapresencia en la capital charra el mismo empecinamiento que su antecesor Juan Vicente Herrera con Burgos) y en la Ribera del Duero. Suficiente. Y se ha garantizado tantas o más fotos con Ayuso cuando ha tenido oportunidad y cuida en público la afabilidad con el director del Gabinete de la presidenta, el vallisoletano Miguel Ángel Rodríguez. No hay que engañarse: tanto el gallego como la madrileña necesitan de los papeles institucional y orgánico de Mañueco por si llega un pulso como el que en su día le planteó Esperanza Aguirre a Rajoy cuando este aún no había aterrizado en la Moncloa. ¡Qué tiempos! Está visto que en política todo es cíclico.
Además, en su tierra Mañueco lo tiene todo a favor. Carece de oposición. Quitando las estridencias en el espacio digital y en el judicial de lo único que queda de Ciudadanos, el exconsejero de todo lo de este partido en la Junta excepto Cultura porque no llegaba, Francisco Igea; descontando la cada día más fatigosa imagen del PSOE regional de la mano de su secretario general, que no líder, Luis Tudanca, y visto que Soria Ya! tiene un líder con la cabeza puesta en su futuro escaño en el Congreso de los Diputados (solo así se entiende la casi nula reacción de Ángel Ceña ante el primer Presupuesto regional al que tiene que hacer frente desde las Cortes), los populares caminan a gusto.
El panorama regional despide tufo a difuntos políticos. A Tudanca ya no le hacen caso los suyos ni por educación: las negativas de los regidores vallisoletano, Óscar Puente, y leonés, José Antonio Díez, a debatir una moción socialista de reprobación a Juan García-Gallardo (Vox) por llamar a Sánchez líder de banda criminal (sic) son dos clavos más en el féretro político del secretario regional socialista, que no líder. Ciudadanos camina al tanatorio como partido. Los demás no comparecen. Solo Vox da disgustos a Mañueco, obsesionado este por el Presupuesto nuevo. Por si acaso, a las velas a Feijóo y a Ayuso debería añadir una al Santo Job: va a necesitar paciencia hasta que se vote el Presupuesto y sea aprobado. 47 días hasta el 23 de diciembre.
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