Cuando los vecinos se movilizan, la ciudad avanza
En el 40 aniversario de la Federación Vecinal Antonio Machado de Valladolid (1980-2020)
Jesús Ojeda Guerrero
Jueves, 26 de marzo 2020, 07:22
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Jesús Ojeda Guerrero
Jueves, 26 de marzo 2020, 07:22
Al conmemorar el 25 aniversario de su creación, comentaba el historiador y columnista Pedro Carasa que ese momento ayuda a «alimentar la memoria colectiva de nuestra sociedad en una dirección muy interesante y poco cultivada», porque recuperar la memoria ciudadana, a su entender, era mostrar ... a nuestros convecinos cómo «los niveles de libertad conquistados actualmente y los derechos de asociación, expresión y participación…, no han sido un regalo de los políticos, ni una moda efímera que se ha impuesto de la noche a la mañana». Esta situación ha devenido en formas de democracia y libertad gracias al esfuerzo, entre otros, de colectivos ciudadanos que durante años han comprometido «su tiempo e intereses, de forma consciente y esforzada, a costa de perder su comodidad e incluso sufriendo padecimientos en los movimientos vecinales».
Unos años después escribía el sociólogo Manuel Castells, actual ministro de Universidades, en un clásico estudio sobre las asociaciones vecinales en Madrid, que el movimiento ciudadano era una forma original de participación popular que ha coadyuvado de forma incuestionable a mejorar las condiciones de vida de la población, y hablando de la capital y, por ende, del resto del país afirmaba «que Madrid cambió porque murió Franco y se estableció la democracia española», invirtiendo el argumento «el movimiento ciudadano fue un factor decisivo para el establecimiento de la democracia», porque en su opinión «la política y la ideología urbanas fueron remodeladas en España por el movimiento ciudadano y de acuerdo con sus orientaciones». ¿Ello fue así? Algunos historiadores ven un punto de exagerado diagnóstico.
No obstante, quienes hemos vivido este proceso, seguimos pensando en la aportación positiva de las asociaciones vecinales en los barrios, en la participación ciudadana y en su coordinación desde el órgano federativo que se constituyó un 22 de febrero de 1980, y tuvo en abril su primera asamblea general, respetando la autonomía de cada asociación, en la defensa de los intereses de los vecinos. Hace un tiempo en este medio urgíamos a las asociaciones vecinales a visibilizar las tres 'c' desde una nueva perspectiva cultural de la acción pública para trabajar en red: Comunicación, conocimiento y conciencia. Animábamos a iniciar el proceso de actualización de las formas organizativas, a trabajar juntos en cooperación con los nuevos movimientos sociales.
Los análisis internos, a través de encuestas y entrevistas con las distintas asociaciones federadas, nos hablan de su situación actual, de cómo la labor voluntaria recae en las pocas personas de las juntas directivas, de que el movimiento vecinal está envejecido, de que no se produce un relevo generacional, certificándose que las asociaciones vecinales no están siendo un motor de dinamización social. Frente a esta nueva situación política, urbanística y social, convendría de nuevo analizar si el movimiento vecinal sigue siendo o no necesario como tal, partiendo de que la federación hunde sus raíces en lo que las asociaciones vecinales representan.
Por lo que se hace urgente la reflexión sobre cómo sumar y ser más útiles a la ciudadanía, revisando la permeabilidad de las asociaciones vecinales, sus formas de comunicación e impulsando un nuevo modelo constructivo de movimiento vecinal coordinado. El cambio social urbano y la mejora de las condiciones de vida en los barrios y en los pueblos exige actualizar las posibilidades del ejercicio de la participación democrática, porque estamos convencidos de que los movimientos sociales, y de forma especial las asociaciones vecinales, con su trabajo reivindicativo, con sus críticas, con sus propuestas y con su actividad en los barrios y en los pueblos, dan sentido al trabajo de coordinación que representa una federación vecinal.
Explicando el sentido del nombre de Antonio Machado de la federación provincial, en su tesis doctoral sobre el movimiento vecinal en la transición, Gonzalo Morell recogía las palabras del que fue presidente de la misma, Juan Cornejo, recién fallecido: «La trayectoria de tantos años de coordinación entre los barrios de la ciudad» tiene pleno sentido con la labor que realiza y bien lo refleja el verso «se hace camino al andar». ¡Larga vida, por tanto, a este caminar!
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