¿La Universidad que queremos?
Este el texto del último artículo publicado por Luis Barcenilla en El Norte de Castilla, el 22 de mayo de 2016
Luis Barcenilla
Martes, 28 de enero 2020, 09:42
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Luis Barcenilla
Martes, 28 de enero 2020, 09:42
La ingeniosa frase de Bernard Shaw: «El que sabe hacer una cosa la hace y el que no, la enseña», y otra del responsable de Recursos Humanos de Google, Laszlo Bock: «Los mejores profesionales tienen trabajo; no están en la Universidad», me vienen al pelo ... para contarles una historia.
Existe una figura docente, la del profesor asociado. Un especialista de reconocida competencia que acredita ejercer su actividad fuera del ámbito universitario y que se suma a la Universidad para aportar el conocimiento y la experiencia adquiridos en el sector productivo, bien sea el periodismo o la sanidad, por poner dos ejemplos. Este profesional para poder dar clases debe pagar una tasa de 75 euros a la Consejería de Hacienda.
La Universidad pública ha prescindido de muchos asociados contratados y los que se han quedado han ido desertando a medida que los nuevos doctores (con todos los derechos) les han quitado sus asignaturas. El último caso, un periodista con más de 40 años de experiencia, un profesional con columna semanal en El Norte de Castilla, que impartía Redacción Periodística y Géneros Periodísticos, ha sido desplazado por unas doctoras que en su vida han escrito en un periódico, que nunca han pisado una redacción.
El profesor asociado es premio nacional de periodismo Miguel Delibes como Luis María Anson, Jiménez Lozano o Iñaki Gabilondo, pero eso no le ha servido de nada. La Universidad pública se está quedando sin asociados. Los nuevos doctores impartirán estas asignaturas (de perfil), propias de quien ha redactado o practicado los géneros periodísticos. ¿Quiénes pierden? Sin duda, los estudiantes.
Me río yo de los que apuestan por el modelo de excelencia (palabra con la que se nos llena la boca), de las instituciones que ofrecen formación y práctica y la oportunidad de comprobar actitud y aptitud en las empresa, las que «venden» visión profesional y conexión con la realidad.
Y nos extrañamos de que los propios periodistas digan que los estudios de Periodismo no sirven para nada, que los graduados salen sin saber escribir y con faltas de ortografía.
¿Excelencia? Venga, no me toque usted las narices.
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