Ubicación

A pesar de que la capital sigue perdiendo población, los datos no son comparables a la sangría de los pueblos situados más alejados del alfoz, en el que ya viven muchos jóvenes que curran en Pucela pero duermen en Arroyo, Boecillo, Zaratán o La Cistérniga, donde la vivienda es más asequible. Una prueba de las posibilidades que la ciudad ofrece para desarrollar una vida mejor en muchos aspectos es la creación, ayer mismo, de la mancomunidad que agrupa a veinticinco municipios que suman más de 400.000 habitantes.

De ahí el interés que ofrece el presente análisis estadístico, del que solo hay una cosa que me molesta: que soy capaz de ubicar sin problema las calles Pelícano o La Salud, donde viven los mayores de 65 tacos, y no tengo ni idea de dónde están Naranjo o Mandarino, pobladas de jovenzuelos…