Tudanca, el ministril

Vaya, tampoco pudo ser esta vez. El presidente Sánchez, más ocupado en reconstruir la colorista sinapsis socialista que aplicar la meritocracia, ha soslayado al jefe de su partido en este páramo privándole de un ministerio. El rumor 'de que sí' sobresaltó a muchos, posteriormente desmentido ... en las páginas de El Norte por voceros de la formación. Incluso los mismos gerifaltes salieron al paso de la vaga cooptación que sobrevolaba sobre la testa de Óscar Puente como ministrable. Pero el alcalde de Valladolid cuadra en un espacio conservador como este y nunca se sabe si el partido le pedirá otros desafíos. No, no hay cartera para Tudanca y sí un despacho para otro fracasado, Óscar López, el epítome madrileño del 'dolce far niente', cuya senda política castellana y leonesa deja helada a la gente. No corren buenos vientos para el PSOE y cuando toque renovar cartel electoral de cara a las autonómicas habrá quien eche mano de la antropología y colija que la trayectoria y el rictus de Tudanca no emulan precisamente al de un purasangre. El votante carga con su acervo génico, por mucho que Ana Sánchez, perra de presa de su amo (entiéndaseme bien el término), forje sobre él un perfil trufado de vacuidad. Pero Ana, aplicando el palíndromo de su nombre, puede acomodarse a cualquier circunstancia. Cortesana demetrista por Zamora, la desolada agrupación de la que vive a cuerpo de reina siempre la tendrá en sus oraciones, con el permiso de Antidio Fagúndez, diputado, albacea del legado, inquisidor y uno de los pajes de Pedro Sánchez.