Donald Trump. EFE

Editorial: Trump desdeña la democracia

No hace falta señalar la contradicción de quien primero resta importancia a la pandemia y después la esgrime para plantear el retraso de las elecciones

El Norte

Valladolid

Domingo, 2 de agosto 2020, 09:13

Una reputada analista política de Estados Unidos manifestó hace pocos días su certeza de que Donald Trump no ganará las elecciones de noviembre porque, dice, sería absurdo que un país diera su confianza a quien está poniendo en grave riesgo su vida. La referencia a ... la pésima gestión de la pandemia, que fue negada primero por el presidente, minimizada después y enmascarada en todo momento es de sentido común, pero nadie debería confiarse. Con toda evidencia, Trump está preparando el terreno para las elecciones de noviembre. Para calentar la calle ha generado un innecesario conflicto al enviar fuerzas federales a contener manifestaciones antirracistas. El racismo, claramente atenuado en etapas anteriores, ha regresado con virulencia a Estados Unidos, y Trump pretende exprimir el caladero de votos radicales del republicanismo; incluso ha dado la batalla para que no se proscriban los símbolos confederados, que representan la aceptación de la esclavitud.

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Pero probablemente la reacción más escandalosa de Trump en la etapa reciente tuvo lugar el jueves, horas después de que se anunciase que la economía norteamericana había registrado durante el segundo trimestre la mayor contracción de la historia –un 32,9% entre abril y junio, según la Oficina de Análisis Económico–. Estados Unidos se sume así en su primera recesión en once años, poniendo fin a la expansión económica más larga en la historia del país. Aprovechando aquella pésima coyuntura, el mandatario, que ya había puesto en duda algunas veces que fuese a aceptar los resultados electorales si se detectaba alguna irregularidad, lanzó la bomba mediática de anunciar que está sopesando la posibilidad de retrasar las elecciones de noviembre para evitar el fraude en el voto por correo, de cuya posibilidad no dio absolutamente ninguna prueba. Curiosamente, no tiene autoridad para hacerlo.

No hace falta señalar la contradicción de quien primero resta importancia a la pandemia y después la esgrime para retrasar unas elecciones. El voto por correo se practica en la totalidad de las democracias sin que se generen problemas de credibilidad –solo en algún caso, como el de España, el excesivo garantismo disuade a algunos potenciales votantes–, por lo que la excusa de Trump resulta inaceptable. Es inquietante que el líder de Norteamérica experimente semejantes vacilaciones.

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