Secciones
Servicios
Destacamos
El valor de moda de la política española es la transparencia, colutorio recetado para disolver la nocturnidad y alevosía de la corrupción. La transparencia del siglo XXI tiene ecos de la decencia clásica, pero no es exactamente lo mismo. El pueblo llano, caso de tener ... ganas, tiempo y una buena conexión a Internet, puede acceder a condiciones de contratación de cualquier concurso público o a los sueldos de los gobernantes. El esqueleto de la administración se nos aparece prístino, como en una resonancia. Y esa ilusión óptica debe solazarnos, nos 'empodera' como ciudadanos, todo ocurre ante nuestros ojos.
Esta última semana por mor de la transparencia se ha suspendido el proyecto 'Miradas', que desarrolla el Área Socioeducativa de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. El freno lo ha echado el nuevo director de la Fundación Siglo, Juan González-Posada, que en tiempo récord ha considerado que de todo el campo a arar que tiene por delante (las principales infraestructuras culturales de Castilla y León) empezaría por este proyecto social que beneficia(ba) a 1.300 personas. Razón: la contratación del profesorado debe licitarse públicamente para que cualquier empresa o entidad que lo desee pueda concursar. Refrendado por el consejero, no son sino coherentes con la defensa cerrada de la transparencia por su partido, Ciudadanos. Aunque la realidad les haya demostrado los límites de sus deseos en la imposibilidad de clausurar la Fundación Villalar y hayan tenido que defender la utilidad de la Fundación Siglo.
Presentado como gestor cultural independiente, el nuevo director de la Fundación Siglo tiene una larga trayectoria en el sector y su valía técnica ha estado a prueba de los movimientos tectónicos de la política. Tuvo cargo con el PSOE de Demetrio Madrid en la primera administración autonómica, luego con Bolaños en la municipal, otro con el PP de León de la Riva, así como con el PSOE de Óscar Puente y, ahora, ha ascendido a la liga regional con Ciudadanos. Quien logró que Eric Burdon (los Animals) tocara en la primera fiesta de Villalar (1984) posee tal pericia que en tres días ha suspendido un proyecto social que lleva tejiéndose una década, no sin sinsabores, por varias decenas de profesionales. Razón: la transparencia soy yo. Y para ejemplo, el reconocimiento a 'mi' labor en el Patio Herreriano.
Saltando de nuevo al campo municipal, el PSOE local aludió a la transparencia en la campaña de 2015. Entonces se propuso sacar a concurso público las direcciones de las instituciones culturales que dependían de la concejala Ana Redondo. Aquel tsunami concursal quedó en breve soplo que apenas despeinó a Javier Angulo (Seminci) por la falta de un título que refrendara su conocimiento de la lengua inglesa y depuso a la directora del Patio Herreriano, Cristina Fontaneda. El resto de los responsables, ni inmutarse. Los concursos no parecieron ser tan buena idea para un negocio poco matemático como el cultural. Eso sí, quedaba vacante la silla del Museo de Arte Contemporáneo que transitoriamente ocupó Juan González-Posada. También a este, hijo de la Transición que impelía a la acción y dificultaba la paciencia que exige una carrera universitaria, le faltaba un papelito para concursar. En su transparente gestión, la empresa Evento.es ganó el concurso para organizar los talleres infantiles.Esa empresa la dirigía Raúl Fernández Sobrino, actual viceconsejero de Cultura, bajo cuya autoridad prestará servicios en su nuevo cargo. El anterior director de la Fundación Siglo era amigo personal de Juan Vicente Herrera; el nuevo, del gestor palentino.
Nada saben de transparencia los chavales del Centro nº1, que padecen parálisis cerebral severa. El martes recibieron la última sesión de música y algún padre se acercó a los profesores para lamentar que su hijo perdiera el único estímulo que le provoca un leve movimiento en sus brazos. González-Posada estaba invitado, pero no acudió. Tampoco saben nada de transparencia las familias magrebíes y gitanas que han dejado, tras un largo trabajo de zapa, que sus niños asistan a las clases de In Crescendo en el colegio Allúe Morer.
Por supuesto que la gestión pública debe ser escrupulosa, transparente y decente, pero el coste de oportunidad también debe valorarse. La Consejería de Cultura y la Fundación Siglo tienen mucho trabajo por delante, ¿tanto temen que la oposición se lance sobre el proyecto social-musical más ambicioso de la comunidad? Consideren la prórroga hasta junio, conozcan el proyecto a fondo y liciten solo lo licitable. Por cierto, ¿quién licita al licitador?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.