Las tragaderas, al límite
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Los políticos, en su mundo; todos: los que braman y los que callan. Y mientras, los administrados, cada vez más aterrados al comprobar que el virus no deja de crecerEs imposible no escandalizarse con los políticos. Imposible. No ya solo por los espectáculos del Congreso de los Diputados. Eso no es más que la punta del iceberg. Es indignante ver cómo unos (los menos, es verdad) braman, berrean, vociferan y vomitan diatribas e ... improperios contra el de enfrente mientras que otros (los más, ¡y qué miedo dan!) callan. Y todos, absolutamente todos, parece que tuvieran orejeras y vendas que les impiden ver que las tragaderas de los administrados están al límite.
En este espacio ha habido numerosísimas referencias a que nuestros políticos no son de este mundo. No ya solo porque haya unas decenas en las Cortes de Castilla y León que cobran un sobresueldo (1.800 o 1.400 euros al mes, dependiendo de que sean pata negra o subpata negra) por no hacer nada o hacer muy poco pese a su suculenta retribución (6.101 euros al mes, en 12 pagas) y el resto, más o menos el doble, tengan un sueldo bajo cuerda que procede de las subvenciones que reciben sus grupos políticos por escaño (7.210 euros al mes) y las dietas (220 euros cada vez que les citan) y kilometrajes (viajan en el mismo coche varios procuradores, pero lo cobran todos, conduzcan o no). No ya porque haya unas decenas de diputados nacionales y senadores que, tres cuartos de lo mismo, el que menos ingresa al mes sea casi 4.000 euros de sueldo y algo más de 1.500 de sobresueldo. Nuestros políticos llevan lustros demostrando que no son de este mundo porque ni en el peor de los escenarios para un ser humano (¡y vaya si lo es una pandemia como la de la covid-19!) son incapaces de demostrar que están por encima de sus cuitas partidistas y piensan en las personas.
Porque, vamos a ver, ahora que el vicepresidente, portavoz y consejero de todo lo de Ciudadanos –menos Cultura, que no llega– Francisco Igea, ha anunciado para noviembre el primer presupuesto de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta, ¿qué va a hacer el PSOE? El secretario regional socialista, que no líder, Luis Tudanca, ¿va a ser capaz de hacer valer sus tesis o, al menos, lo que firmó en ese rimbombante plan de recuperación de Castilla y León, que de plan tendrá mucho pero no parece que de recuperación, a tenor de la caída de todos los indicadores de actividad económica? Mucho hay que temerse que no. Más que nada porque ni se ha hecho valer ni ha hecho valer al PSOE. Si apoya ese presupuesto, algo que el sentido común dice que debería hacer después de haber firmado en blanco ese plan de recuperación, no será porque le necesiten, sino que lo hará para no quedarse fuera de la foto. Tiene toda la pinta de que Tudanca se apresuró a respaldar aquel plan de recuperación solo para adelantarse al regidor vallisoletano, Óscar Puente, que avanzaba un plan municipal similar y, claro, Tudanca y sus dos fieles, la zamorana Ana Sánchez (qué soprano se ha perdido la zarzuela a tenor del vozarrón con el que ataca al PP regional con la sentencia de la Gürtel) y la soriana Virginia Barcones (no acaba de recuperar el ánimo tras no volver a ser delegada del Gobierno) no iban a quedarse atrás. Lo que pasa es que el socialista Puente creía que la popular Pilar del Olmo (la autora del presupuesto que ahora aplican en prórroga cuasiinfinita Mañueco, Igea y el eterno consejero Carlos Fernández Carriedo) y su mentor y preceptor político José Antonio de Santiago-Juárez le darían vía libre a un presupuesto municipal pactado y, claro, eso tiene menos posibilidades que las que tuvo en su día Silvia Clemente de ser presidenta de la Junta.
¿Qué exigió Tudanca para estampar su firma en los papeles que le pusieron Mañueco e Igea? A raíz de sus amenazas de solicitar un comisión de investigación de la escabechina que hubo con muchos ancianos que murieron en el confinamiento en residencias privadas cabe pensar que ni reclamó el informe que ahora niega Familia (ojo que Igea ya ha empezado a reconvenir a consejeros del PP; lo hace por uno de los dos flancos débiles de Mañueco, Isabel Blanco, 'empeñada' en facilitar a Rosa Valdeón, Milagros Marcos y Alicia García, sus antecesoras como consejeras de Familia, el famoso refrán 'Detrás de mí vendrá...').
El problema para una sociedad democrática en el control a su Gobierno radica muchas veces en tener una oposición que no puede ejercer de tal o que, como en el caso del PSOE de Castilla yLeón, no quiere hacerlo, cómodamente asentada en sueldos escandalosos con lo que se aletarga el espíritu político más crítico. Así, no se extrañen de que los muchos de Mañueco (con Blanco, Rocío Lucas y Jesús Julio Carnero compitiendo por ver quién adula más su presidente) y los pocos que le quedan a Igea estén felices incluso en tiempos tan atribulados como estos y olviden cada día que suben al coche oficial que las tragaderas de los administrados están al límite de aguante.
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