Trafiturismo

¡Imaginen para acordarme de que por la calle por la que paso todos los días hay ahora un radar de velocidad! Y no es que me guste correr, que no es eso. Es que me han sancionado en varias ocasiones por circular 56 kilómetros por hora y he optado por otra solución: evitar las calles con cinemómetros de control de la velocidad. ¡Ojo! que muchas de las alternativas son más lentas y tortuosas, pero voy más tranquilo porque sé que no sufriré el descuido de apretar el acelerador por encima de la norma. Y ¿saben? esto del trafiturismo me descubre lugares estupendos, vías por las que antes no se me hubiera ocurrido pasar, con paisajes urbanos diferentes, personas y lugares menos habituales y hasta descubrimientos de interés, de bares a comercio y de servicios a espacios de interés. ¡Mejora mi capacidad económica y, al tiempo, conozco mundo! ¡Y gracias a los radares instalados por mi Ayuntamiento en tantos rincones de la ciudad! ¿Será uno de los objetivos perseguidos que los conductores nos inclinemos por la diversidad de recorridos en lugar de empeñarnos por el más concurrido, o el más recto? Propongo el trafiturismo por rutas sin medición cinemométrica como alternativa a la rutina. Pruebe, sale más barato.