Tontubers

Otro fulano con webcam presumió de la habilidad de un amigo que ligaba siempre por la fórmula infalible de esperar a que la chica-objeto objetivo de Su Babosidad estuviera suficientemente borracha como para no poder zafarse de sus ansias sexuales. Como hubo quien se lo tomó a mal, seguramente feminazis y estrechas, montó otro espectáculo en tuich o en youtuf o donde sea, claro, porque el ligón es un gran chaval y etcétera. Se ve que solo tiene el defectillo de abusar de mujeres borrachas, una nimiedad.

Es la era del tontuber. Y va a más. Ahora Elon Musk, un charlatán hipermillonario, se ha comprado un juguete de 44.000 millones para devolverle al mundo la libertad de expresión, nada menos. Conociendo algunas de las sandeces que ha él mismo ha tuiteado, ya hay quien le aplaude porque intuye que habrá barra libre de conspiranoias y ofensas. Igual hasta hacen un vídeo. Para no desentonar en la vorágine del tontuberismo.