Cuánto tonto...

La cosa, no por vieja –el leonesismo viene protestando desde que León fue englobado en Castilla y León– resulta menos ridícula. Con la que está cayendo en este pobre país, salimos ahora con que si la abuela fuma. Qué bochorno si alguien, por ahí fuera, leyera la noticia y se tomara todo esto en serio. Para entender el disparate hay que recurrir, una vez más, a los clásicos. Cipolla, en su libro impagable 'Allegro ma non troppo', nos dice que siempre subestimamos el número de tontos; que la probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona y que ese tipo de gente es la más peligrosa que pueda existir. En resumen, que el hecho de ser alcalde de León por el PSOE o concejal de Podemos no exime necesariamente de la estupidez.

Lo del 'brexit' puede quedarse corto al lado de las ganas del leonesismo de perder de vista a Castilla. Los ayuntamientos de Matadeón de los Oteros, Cabrillanes y Crémenes se han unido al separatismo incluso con el voto de los concejales populares. Ser concejal de pueblo del PP tampoco vacuna contra la estupidez, Cipolla dixit. Matadeón, Crémenes y Cabrillanes... Joder. El conflicto parece similar al que plantea Escocia, Gales e Irlanda a Inglaterra ante la salida de la Unión Europea. Voy a mirar en el mapa a ver dónde están esos municipios, no vaya a ser que se originen conflictos aduaneros y fronterizos como en la verde Erín. Y el Bierzo todavía no ha hablado.

En estas andamos en estos primeros días de año, año que confío en que sea muy feliz para todos ustedes. Huyan, eso sí, de los estúpidos y no olviden que asociarse con ellos, de cualquier forma, es un error muy costoso.