El voto y la rabia

El poder no es nadie, lo que equivale a decir que es de todos. Mala cosa, esos bienes públicos no suelen ser bien administrados ni cuidados. La mano en el cajón, el escupitajo en la calle, el chicle en el asiento del bus, la papelera ... reventada… Aunque el poder es peculiar, muchos creen que les corresponde por derecho divino, o porque son más guapos, o porque se piensan mejores o porque sí, porque así tiene que ser . Y, cuando lo pierden, creen que se lo han robado. Hablo con amigos franceses y me sorprende su reacción ante la segunda vuelta de las elecciones. Los partidarios de Le Pen, que no parece muy lista pero sí perseverante, están convencidos de que les han hurtado el gobierno mediante un pacto anti natura. Y sus enemigos, casi todo el resto de franceses, se muestran orgullosos de haber sabido maniobrar para impedir una Francia de ultra derecha. Pero lo cierto es que RN (Agrupación Nacional), el partido de Marine Le Pen, ha aumentado en mucho sus votos y que, con un sistema electoral como el español, habría obtenido mayoría absoluta. Sí, pero la democracia son las reglas. Lo malo, creo yo, es que los votantes de Le Pen, el 33%, piensan que la 'elite' se ha conjurado contra ellos; que las élites económicas, culturales, sociales y hasta morales han impedido, con malos modos, que se haga su voluntad. Tendremos que hablar más despacio y extensamente de eso. No auguro días tranquilos para Francia, la rabia de la derrota se unirá a muchas otras rabias y en París arden con facilidad las hogueras. Veremos si estos resultados que celebramos son tan buenos como creemos.