Pedro Sánchez, rodeado de sus ministras, en el acto en el Congreso del día de la Constitución. Europa Press

La verdad desactivada

Hemos, entre todos, desactivado la magia de la verdad. La verdad, ahora, es una cosa de mierda, como cualquier otra mentira

Tomás Val

Valladolid

Jueves, 7 de diciembre 2023, 00:23

Parece ser que Aleksandr Solzhenitsyn, el autor de Archipiélago Gulag, confiaba extremadamente en el poder de la verdad. Un hombre que deja de mentir, dijo, podría derribar una tiranía. También predijo que, el día en que alguien dijera la verdad, el sistema comunista empezaría a ... caer como un castillo de naipes. Y tal vez no andaba descaminado. Unos años después de morir Stalin, la publicación de su novela Un día en la vida de Iván Denísovich supuso una auténtica conmoción y, acaso, un tímido inicio del cambio en la URSS.Eran otros tiempos. A la verdad siempre se le ha temido y, por eso, los tiranos la han amordazado, perseguido incansablemente como a su mayor amenaza. Era un arma cargada de futuro. Pero ya no, hemos arrebatado a la verdad todo su poder subversivo. Sabemos y se dice en voz alta, por ejemplo, que Sánchez paga a Puigdemont lo que no es suyo a cambio de siete votos que le hagan presidente. Sabemos y decimos que la Justicia es moneda de cambio y que el PP incumple la Constitución desde hace cinco años con el CGPJ. Sabemos y decimos que los bancos ganan fortunas porque se resisten a retribuir los ahorros. Sabemos y decimos que Netanyahu asesina a miles de palestinos, que vendemos armas a Israel. Es evidente que nunca se hará nada contra el cambio climático si lo dejamos en manos de los señores del petróleo. Estas y muchas otras verdades las conocemos, las oímos, las decimos y no pasa nada. Ya no se necesita ocultarla, ni que nos engañen. Hemos, entre todos, desactivado la magia de la verdad. La verdad, ahora, es una cosa de mierda, como cualquier otra mentira.

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