María Guardiola y el portavoz de Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo EP

Palabra de honor

Nunca se fíen de un chisgarabís, del que vende su nombre, lo empeña o lo mancilla. El nombre es la palabra

Tomás Val

Valladolid

Jueves, 6 de julio 2023, 00:29

Yo siempre me imagino volviendo a casa. No es un regreso fácil ese, acuérdense de cuándo eran adolescentes y volvían tarde alguna noche, de los esfuerzos que hacían por dejar en el portal el aliento impregnado de alcohol, el olor a tabaco, el chupetón en ... el cuello, la mirada algo vidriosa y estúpida de los canutos… Ante tus padres había que presentarse, en la medida de lo posible, en aceptable estado de revista. Y por eso, cuando veo a esa gente a la que pillan en algo vergonzoso, metiendo la mano en lo público, en cosas oprobiosas, me pregunto cómo vuelve esa gente a casa, cómo se enfrenta a la mirada de sus padres, de su pareja, de sus hijos…

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Ya, ya, ya sé que ustedes me dirán que, sobre todo los políticos, encuentran y se inventan justificaciones. Pongamos por caso la próxima presidenta del gobierno extremeño, María Guardiola, que demostró que su palabra vale lo que una moneda de quince céntimos. Todos sabemos que una persona sin palabra no vale nada; que, como el hombre sin su sombra de Benedetti, pierde el respeto de la buena gente. Mi palabra no vale nada, dijo Guardiola y volvió a casa. No sé si tiene padres, pareja, hijos… Lo que sé es que no tiene palabra y que tuvo que volver a casa y enfrentarse a la mirada de su familia.

Nunca se fíen de un chisgarabís, del que vende su nombre, lo empeña o lo mancilla. El nombre es la palabra. El nombre de alguien es una cosa tremenda, se dice en 'El Quijote'. No tenemos más que el nombre. María Guardiola, mujer que con su palabra no empeña su honor. ¿Qué pensará su familia?

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