Mierda, cuánta mierda

Puto negro de mierda. Puto mono de mierda. Judío de mierda. Sudaca de mierda. Negrata de mierda. Rojo de mierda. Fascista de mierda. Gordo de mierda. Gitano de mierda. Moro de mierda. Chino de mierda. Maricón de mierda. Bollera de mierda. Enano de mierda... Estamos ... todo el día con la mierda en la boca, insultando al otro, al que no es como nosotros. Y, para ser sinceros, casi nadie es como nosotros o al menos eso nos parece. Nuestro aliento tiene que ser fétido, tanta mierda, tanto racismo, tanta afrenta. A Vinicius, el jugador del Real Madrid, le llamaron negro y mono en el estadio del Valencia. No uno ni dos: mucha gente. No soy un apasionado del fútbol, pero si he ido a un campo treinta o cuarenta veces en mi vida, casi todos los que me rodeaban no hacían más que proferir insultos. Que si negro, que si hijoputa, que si maricón, que si tu mujer es una puta. Todo el estadio: hijo de puta, hijo de puta. Al árbitro, a los jugadores rivales, al público del otro equipo, a la puta que los parió a todos. No sé, a lo mejor estoy equivocado, pero parecería que el fútbol saca lo peor que hay en nosotros. Empeño no muy difícil, dicho sea de paso.En el caso de Vinicius va a intervenir la fiscalía. Delito de odio. Y todos asentimos y pedimos que sean castigados. Qué animales esos racistas. Nosotros nunca haríamos eso, no somos unos xenófobos de mierda, somos gente civilizada que, a lo mejor, este domingo va a votar a algún partido que acusa a los inmigrantes de ser violadores, ladrones, de cruzar medio mundo para venir aquí con el único propósito de delinquir y de comer la sopa boba a nuestra cuenta. Gente encantadora, señor fiscal.