Borrar
Efe
Nos gusta tanto el amor
Opinión

Nos gusta tanto el amor

Un presidente dimitido por amor es siempre un mito, más memorable que un futuro de 'perrosánchez', de me gusta la fruta, de que te vote Txapote. Una pena

Tomás Val

Valladolid

Jueves, 2 de mayo 2024, 00:05

Los gestos nobles suelen atentar contra nuestros intereses y pedirle a un político que no piense exclusivamente en él es exigirle peras al olmo. Pedro ... Sánchez, después de esos cinco días absurdos, tendría que haber dimitido. La gente quería que se marchara, estoy convencido; incluso muchos de sus votantes. Y no por su gestión económica, ni por la amnistía ni por sus pactos con los nacionalistas, sino porque estamos ansiosos de un gesto de altura, de un acto elevado, de una renuncia heroica. Vivimos tiempos tan tristes, tan de andar por casa, tan carentes de cualquier grandeza, que cuando proclamó –dando la razón a los desconfiados, a los que siempre piensan mal y aciertan– que se quedaba, a todos se nos quedó cara de tonto. Con el tiempo, se arrepentirá; se acordará del pasado lunes y verá que dejó pasar un destino mucho más grandioso que el de ser un ex presidente al que expulsaron las urnas. Y mira que lo tenía fácil: me voy por amor. Nos gustan tanto los gestos por amor, las renuncias por amor, las mentiras por amor… Nos gusta tanto el amor. Pero no, un político no sabe de esas cosas. Los hombres son a veces dueños de su destino, Bruto, dijo Shakespeare en Julio César. Que se lo pregunten a Albert Rivera, sin ir más lejos, lo que es y lo que pudo ser. Un presidente dimitido por amor es siempre un mito, más memorable que un futuro de perrosánchez, de me gusta la fruta, de que te vote Txapote. Una pena. Ya dice Feijóo que no podemos esperar mucho de ellos, que son los peores de la democracia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Nos gusta tanto el amor