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El número uno de Se acabó la fiesta a las elecciones europeas, Alvise Pérez, ejerce su derecho al voto en Sevilla el pasado domingo. Efe
Opinión

800.000 gamberradas

«Es peligroso tomarse a chirigota lo que es serio. Hay bromas, como en aquel chiste de Gila, que acaban en tragedia»

Tomás Val

Valladolid

Jueves, 13 de junio 2024, 07:08

Tendemos a pensar que, de actos trascendentes, surgen obras importantes, duraderas y valiosas. No sé, imagínense a Dios y Moisés en lo alto del Sinaí: pues no le va a dar la receta del arroz a la cubana. No, la ocasión era solemne y le ... entrega las Tablas de la Ley, los Mandamientos. O piensen en una ceremonia matrimonial… Bueno, mejor no, el ejemplo no es muy válido. Quiero decir con esto que somos proclives a equiparar actos y consecuencias. De algo ritual, sagrado, surge, en buena lógica, algo trascendental, enjundioso y notable. Pues no, miren las últimas elecciones europeas. Mas de ochocientos mil votos a Se acabó la Fiesta. Comicios, democracia, separación de poderes, voluntad popular…, conceptos sagrados por los que han muerto y luchado muchos millones de personas y que, el domingo, más de ochocientos mil gamberros se las tomaron a chirigota. ¿Qué tiene que ver Alvise Pérez, un notorio mentiroso, y sus votantes, con la democracia? Hay gente que, por salvajismo, arrasa los jardines públicos, vuelca los cubos de basura, rompe las farolas, destroza las papeleras. O votan a SALF. Ochocientos mil gamberros surgidos de esa tierra de nadie que son las redes sociales y que ríen las astracanadas de un sujeto al que uno conoció como asesor de Toni Cantó. Algún día, alguien hará una tesis doctoral sobre los males que nos trajo un partido llamado Ciudadanos, males que no acabamos de dejar atrás y que pagamos con usura. Es peligroso tomarse a chirigota lo que es serio. Hay bromas, como en aquel chiste de Gila, que acaban en tragedia.

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