Secciones
Servicios
Destacamos
A fin de cuentas lo que hicieron en Cataluña fue luchar por una idea y eso es soberanía popular». Así califica los violentos tumultos callejeros en Cataluña José Luis Ábalos, otro que muerde por recuperar un sitio en el abrevadero sanchista. Aporrear policías, tomar por ... la fuerza el aeropuerto de El Prat, quemar comercios, destrozar el mobiliario urbano usando adoquines contra los agentes es «soberanía popular», pero las manifestaciones en la puerta de Ferraz las juzga como «vandalismo peligroso que hay que erradicar». Ábalos, con su risa de degollado, condena la protesta frente a las sedes socialistas y justifica que se amnistíe la malversación de caudales, el desvío de fondos públicos, la desobediencia, la prevaricación, los delitos contra la administración pública, contra la administración de Justicia, contra la Constitución y contra el orden público. Y pelillos a la mar sobre los delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos, delitos de lesiones, amenazas, coacciones, allanamiento de domicilio, daños, falsedades documentales... ¿Justificará este algarrobo que los gases lacrimógenos que no se podían usar en Barcelona se usen con tanta generosidad en Madrid?
La respuesta más ajustada la han dado los propios golpistas catalanes, asegurando que su objetivo es conseguir la independencia y que nunca han negado la intención de repetir lo iniciado. Nada de reconocer que el golpe que dieron, con marcha atrás, fue un error. Si acaso el único error que asumen es el de la «marcha atrás». No todos corrieron la misma suerte, porque algunos pagaron con la cárcel y otros, como el salvífico Puigdemont, salieron corriendo y desde entonces andan purgando sus penas en la divertida Bélgica. Puesta las dos penas en la balanza, mejor eligieron los que se quedaron, pero todos han repetido su propósito de volver a las andadas a la primera ocasión. Y esa ocasión parece que ha llegado, porque en el camino han encontrado una coyuntura irrepetible: Todas las minorías juntas suman mayoría y cuentan con la argamasa de un tipo que no ve mundo alguno fuera de su ombligo. La rendición del Estado español se refleja en cuatro folios, vomitados entre PSOE y Junts, el pasado jueves.
Junqueras, acaba de ratificar el propósito que persiguen con la amnistía: Censurar al Estado, al Rey, a la Policía, a la Guardia Civil y a los jueces, para que Europa vea en el Estado español a un estado represor. Ellos lo tienen más claro que un Gobierno cortoplacista, que solo aspira a seguir el tiempo que en la despensa quede algo para pagar el chantaje. Un mes, un año o una legislatura, lo importante es seguir, seguir y seguir, mientras sea España la que se desangre y pague. Quieren que en la UE se visualice el acierto de Bélgica, Alemania y Suiza al negar la extradición de los huidos de un Estado bruto y represor.
Patxi López, el mandilón más cercano a Pedro Sánchez –seguido de cerca por un Fernández Vara empeñado en subir al podio de la falsía–, se ha escandalizado porque tampoco entiende que la calle se manifieste contra su amo: «Brutal, preocupante, al más puro estilo nazi», ha calificado las manifestaciones contra la aberrante amnistía que bendice la desigualdad y acaba con el Estado de Derecho. Para don Patxi lo democrático y progresista es pagar chantajes a golpistas, a cambio de votos para que el de los pantalones pitillo repita... Pobre PSOE, quién te ha visto y quién te ve.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.