Pedro Sanchez tras los resultados del 23-J. Rodrigo Jimenez

Lo que el 23-J bendijo

«Pedro Sánchez, menos su poltrona, cederá lo que le pidan. Y más ahora, que el electorado le ha dicho que adelante, que pica en mano siga con la demolición y sin desfallecer»

Domingo, 3 de septiembre 2023, 00:13

Creo que, con matices, las elecciones ponen a cero el cuenta kilómetros de la anterior legislatura, porque en ellas el electorado elige, dice lo que piensa y salda las cuentas pendientes con el gobierno y con la oposición. Los retortijones y el cabreo de una ... legislatura, el electorado los alivia al depositar su voto y lo que sale de las urnas suele ser paliativo que sana la ira acumulada durante los cuatro años anteriores. En este sentido, las elecciones del 23-J bendijeron actos abominables que, a priori, parecía que iban a tener una penitencia muy dura para Pedro Sánchez, para el PSOE y para todos los socios que le ayudaron a inyectar aluminosis en el edificio. En cierto modo así ha sido, porque con la excepción de Bildu, el único socio que ha salido fortalecido, todos los que han sostenido a Pedro Sánchez, Podemos, PNV, ERC... han sido penalizados en las urnas. Y, curioso, el PSOE sufrió un fuerte castigo en las elecciones autonómicas y municipales, pero el de los pantalones pitillo, el mentiroso compulsivo, el indolente de libro, ha salido fortalecido el 23-J, con más votos y escaños que antes de que se le conociera, hace cuatro años. Podemos decir que lo abofetearon en la cara de los candidatos socialistas en las municipales y autonómicas, pero que a él le pusieron cremita. «Sarna con gusto no pica», al electorado le va la marcha y, como a algunas masoquistas, prefiere a los malotes, descarados y mentirosos. Un día de cachondeo y cuatro años para llorar. Subirá el precio de los pañuelos.

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Acostumbrados a mentir y mangonear cualquier evidencia, el Gobierno en funciones está cada día más cerca de convencernos de haber ganado, en el relato, unas elecciones que perdió en las urnas, porque los corifeos no se ruborizan al propagar que el que las perdió fue Feijoó y el PP. ¡Qué peligro si dejamos que esta gente escriban la historia! Para ellos, 137 escaños son menos que 121 y resulta una osadía que Feijoó intente una investidura abocada al fracaso, porque el legitimado es Pedro Sánchez, con más experiencia y mucho más capacitado para enfangarse y entrar en el cuerpo a cuerpo de las subastas que, acertadamente, adelantó Puigdemont, el prófugo golpista del que dependemos para no tener que repetir las elecciones.

Si la aritmética parlamentaria entrega la batuta de la gobernabilidad a Bildu, ERC, Puigdemont o a la sinsustancia de Yolanda Díaz, no cabe duda de que el que mejor puede poner sal al gazpacho es Pedro Sánchez, que ha demostrado bemoles para hacerlo, que no le tiembla el pulso y al que, además, el electorado, el 23-J aplaudió todas sus trapacerías y embustes. Tendremos lo que hemos elegido, sabiendo que el presidente del Gobierno sale del Congreso de los Diputados, no de las urnas y que Feijoó, con 16 escaños más, será rechazado porque las minorías comunistas, separatistas, golpistas y filo terroristas serán las que sigan decidiendo cómo y quien gobierna España, porque así se decidió el 23-J. ¿Conseguirán la amnistía para poder reírse de la Justicia y de todos? En esas andan, ya están poniendo el andamiaje y hasta Fernández Vara -¡qué pena de trayectoria!- se apunta al chalaneo constitucional. Y de postre, más dinero, más privilegios, más arrogancia y más capacidad de destrucción en manos de los que «mientras menos España, mejor». ¿Para acabar una guerra lo mejor es armar al enemigo? Pedro Sánchez, menos su poltrona, cederá lo que le pidan. Y más ahora, que el electorado le ha dicho que adelante, que pica en mano siga con la demolición y sin desfallecer. Hasta la entrega final.

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