Tiempos distópicos

Son días raros. El calendario -2021- y todas estas cosas de Internet, de las aplicaciones, de la técnica nos dicen que nos encontramos ya habitando el futuro. Tal vez, pero miramos a nuestro alrededor y todo resulta distópico, anacrónico. Estamos inmersos en una epidemia mundial. Hay niños que se lanzan al mar para alcanzar una tierra vecina. Y, hace pocos, llegó a Canarias un cayuco en el que iban 24 cadáveres. No un barco vikingo arrastrado por la marea ni una nave de 'Juego de tronos' ni una leyenda islandesa ni guerreros aqueos que regresan de la Troya. No es ni mitología ni una serie de televisión ni estamos en la Edad Media. Es hoy, hoy. Una nave fantasma con veinticuatro cadáveres en su interior. Qué perplejidad, qué desorientación.