No se esperaba una Filomena, pero cuando un temporal se aproxima, a la Dirección General de Tráfico se le acentúa la vena paternalista, o maternalista que para eso es 'la DGT', hasta el punto de invitarnos a recortar las vacaciones y anticipar el regreso ... para sortear la crudeza meteorológica prevista en la zona norte. El que avisa no es traidor, pensará el órgano regulador del tráfico rodado, no vaya a ser que se repita el lamentable episodio de la AP-6, a su paso por Segovia, en 2018 cuando miles de vehículos quedaron atrapados a merced de la inclemencia del tiempo. Muchos circulaban sin cadenas y se vieron abocados a un parón irremediable en un gélido mes de enero. No tuvieron bastante con eso, sino que en una airada respuesta al estilo: 'Te lo dije', sacó la zapatilla y arreó a todos los intrépidos pilotos que desoyeron, según la propia DGT, sus recomendaciones y avisos. «O no se han enterado o han tomado decisiones inapropiadas». La culpa siempre es 'yo'.
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¿Quién te ha dicho a ti que quiero que me adelantes las vacaciones?, se habrán preguntado los valerosos trotamundos. Me pongo en su pellejo, porque eso implica sentirse también parte del grueso de privilegiados que han disfrutado del largo puente festivo, pero también me pongo en los zapatos de hosteleros y hoteleros que cierran la caja antes de que se llene. Así no hay buena cara que compense al mal tiempo.
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