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Ibarrola
Los ojos, el alma y la bolsa de oro
Vidas breves

Los ojos, el alma y la bolsa de oro

«Sorprende la docilidad con la que las personas nos entregamos al escaneo de lo más personal que tenemos, a cambio de apenas nada»

Lunes, 11 de marzo 2024, 00:12

A cambio de una bolsa que proporcionaba infinitas monedas de oro, Peter Schlemihl regaló su sombra. ¿Qué valía una sombra, al lado de la riqueza, contante y sonante? Pero al hombre que se la cedió no le pareció un botín pequeño. Tras recoger y plegar ... cuidadosamente la sombra, se la metió en el bolsillo y se fue. Peter no tardó en darse cuenta de que su vida había cambiado para siempre, que todos se alejarían de un hombre sin sombra, hasta su amada. Despojado de eso que no valía nada, pero le hacía humano, tuvo que conformarse con vivir en soledad, y salir de su guarida solo en noches cerradas.

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