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Estación Segovia-Guiomar. Antonio de Torre
Nuevas tradiciones
Vidas breves

Nuevas tradiciones

«Lo llaman pan y circo, pero hasta una persona como yo –que ni baila, ni canta, ni es cofrade, ni peñista– comprende que el festejo es el mayor pegamento colectivo que tenemos, sea desfile, procesión o feria de la cerveza»

Lunes, 21 de octubre 2024, 06:54

En el apeadero de Segovia-Guiomar un lunes como hoy aguardamos en el andén cerca de treinta pasajeros camino de Valladolid. Hay silencio, porque acaba de salir el tren a Madrid, que quintuplica el número de viajeros. La mayoría no ha cumplido los cuarenta, llevan ... lo justo para pasar el día, una mochila, un bolso cruzado, un maletín con el almuerzo. Son trabajadores y estudiantes. En poco más de media hora los trenes escupirán a los pasajeros. Unos aparecemos en la estación Campo Grande, y apretamos el paso hasta Gamazo, o corremos a la parada para pillar la línea 1. Los que van a Madrid emergen en Chamartín, y en pocos segundos forman parte de la catarata de gentes que engulle el metro, y dormitarán repasando con desgana el móvil, si tienen suerte y pillan asiento. A primera hora en el autobús o en el metro, salvo algún bocachancla, nadie habla. En ese espacio acotado, eres vallisoletano en Valladolid y madrileño en Madrid, da igual, todos compartimos las mismas reglas. A lo mejor los segovianos vamos pensando que el viernes es San Frutos, y que seguiremos ocupando la misma plaza en el tren. Pero no es cuestión de sacar la pancarta y pedir que respeten nuestro día, tampoco tenemos tanto en común: ni siquiera nos damos los buenos días. La tradición nos recuerda a algo, aunque no sabemos muy bien a qué.

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