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Cuatro turistas se dirigen a la entrada de la basílica del Valle de los Caídos. Pablo Cobos
Las mondas de las naranjas

Las mondas de las naranjas

Los profesores pueden hacer un gran trabajo a favor del diálogo entre los propios alumnos

Lunes, 13 de enero 2025, 07:14

A un joven poeta le preguntó su madre por sus ideas políticas, que si era de izquierdas o de derechas. «Le respondí que apreciaba por encima de todo las naranjas, a condición de comerme la pulpa y prescindir de las mondas». De Heinrich Heine dicen ... que fue el último poeta romántico, porque se dedicó a enterrar el género. Con su parábola de la naranja, podríamos pensar que Heine era un cínico, el típico 'pantalones grises', dispuesto a arrimarse al sol que más calienta. Pero no sabemos si fue mejor o peor persona que otros coetáneos que se devanaron los sesos escribiendo sobre la pureza de sus ideales. Una cosa son las frutas, es decir, los hechos, y otra la retórica.

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