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Los miopes aprendemos pronto que el primer gesto del día es alargar la mano a la mesilla. Las gafas son el tesoro que no conviene abandonar si caes en una isla desierta. Sin lentes, el mundo es una sucesión de sombras, y lo que no ... se ve da mucho miedo. Al Coco, que se sepa, nadie lo vio, pero ahí sigue, viviendo de las rentas. Sin embargo, no pueden las gafas aportar claridad para entender el planeta, que cada mañana se levanta antes que nosotros, y que permanece invariable en un único aspecto: estar manga por hombro.

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elnortedecastilla Gafas contra los miedos