Gráfico sobre la incidencia de la covid en Castilla y León que publica El Norte cada dia.

Teoría del cien por cien

La carta del director ·

«Uno echa de menos que alguien con responsabilidades públicas se sienta de verdad concernido por este luctuoso balance y asuma en persona que se dan –por parte de todos– bastantes palos de ciego»

Ángel Ortiz

Valladolid

Domingo, 7 de febrero 2021, 07:56

No sé quién dijo que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y en esta pandemia nos hemos empachado de ellas. De teorías. Este viernes comparecía el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, en las Cortes de Castilla y León ... para explicar la estrategia de su gobierno frente a la crisis del coronavirus. En nuestra comunidad han fallecido más de 9.200 personas, o sea, como si hubiese muerto más del 10% de la población de toda la provincia de Soria. O mil más que todo el municipio de Tordesillas. Mañueco, como hace el vicepresidente Francisco Igea cada semana, como hacen de continuo el Gobierno de España y sus portavoces, enumeró y justificó todas las medidas de la estrategia desplegada en nuestro territorio. No me cabe la menor duda de que él y su equipo, muy especialmente el más vinculado al terreno sanitario y asistencial, y el vicepresidente Igea y los portavoces del Gobierno de España, Fernando Simón incluido, han tomado decisiones en conciencia, involucrados al máximo para lograr el menor impacto en la salud de los ciudadanos y su situación económica. Pero uno ve el gráfico que publicamos en El Norte todos los días a página completa, y que sintetiza con claridad los efectos de la enfermedad por covid en las distintas provincias, y también echa de menos muchísima más modestia por parte de nuestros gobernantes. De todos. Incluso de los expertos, 16 de ellos incluidos en un comité regional desde el 2 de marzo. Sobra autosuficiencia. A uno de agosto pasado, una vez superada con creces la primera ola y conocido el tremendo efecto que esta lacra supuso en vidas humanas, solo en Castilla y León habían muerto 3.794 personas. La cifra espanta, sin más añadidos.

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Pero es que desde entonces, con la segunda ola y la tercera, una vez logramos salvar la Navidad porque nuestros gobernantes –todos– se empeñaron en salvarla, hasta ayer mismo han caído otras 5.477. Terrorífico. Inhumano. Uno echa de menos que alguien con responsabilidades públicas se sienta de verdad concernido por este luctuoso balance y asuma en persona que se dan –por parte de todos– bastantes palos de ciego; que intentan hacernos convivir con un virus letal que no sabe de convivencias, sino de muerte y colapso; que no habrá recuperación económica posible sin una inmunidad por las vacunas lenta y difícil de conseguir...

Por ejemplo, uno agradecería que alguien concluyera que el toque de queda a las ocho de la tarde, tenga razón quien la tenga, la Junta por aplicarlo o el resto de comunidades por no hacerlo, no se ha demostrado infalible. Aplicado en nueve provincias del mismo modo y al mismo tiempo, en unas ha podido atenuar los contagios y sin embargo en otras, Palencia y Soria, no se ha percibido ninguna mejoría. Cero. Vean los gráficos que publicamos cada día en la web y en el periódico en papel. Lo explicaba Antonio G. Encinas el jueves en una información que comparaba lo que se ha hecho en ese aspecto en todas las comunidades. En fin, uno echa de menos que algún gestor de lo público se olvide de las tasas, los índices, los porcentajes, los números y mire a los ojos de la gente, especialmente de las víctimas. De todas. Porque esta pandemia para miles de personas ha tenido una incidencia definitiva. En quien ha muerto, del cien por cien.

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