Tedio

Para cualquiera que se dedique a esa profesión tiene que ser cansino juzgar, una y otra vez, al mismo chorizo por las mismas faltas, a sabiendas de que la Ley le permitirá salir del trullo antes de acabar el mes. Para que un juez de provincias se encuentre con mangantes como los de Matesa o asesinos como Jarabo, tienen que pasar años bregando con pringados de medio pelo, más tontos que perversos.

De la misma manera que en su momento me solidaricé con el señor Trebolle por haber tenido que hacer frente, al final de su carrera, con el asesinato de la niña Sara, no envidio el tedio que espera a su sucesor, aunque lo mejor que nos puede pasar a todos es que se jubile dentro de medio siglo tras haberse aburrido como una ostra.