Del riesgo informado

Ahora, las menores pueden abortar sin contarlo en casa y lo mismo pasa con la píldora del día después. Todo ha avanzado, acceso libre, problema resuelto. Y no, estamos viendo que todo suele ser más complejo. Parece que toda la labor preventiva se ha centrado en evitar nacimientos, obviando otros riesgos. Los seres humanos necesitamos tener presentes las consecuencias de nuestros actos. Estos frenan más o menos nuestros comportamientos dependiendo del sentido de responsabilidad o de temeridad que tenga cada uno. Y los jóvenes han asumido que el embarazo era el único riesgo que asumían y se han despreocupado del resto.

Y en la búsqueda de respuestas siempre aparece una misma causa: el móvil, origen de todos los problemas de nuestra juventud; violencia y pornografía, se escucha decir constantemente. Pero no es algo que de repente aparezca en nuestras vidas porque sí, ¿no? Es decir, alguien se lo compra, alguien se lo paga, alguien se lo entrega,… Ser padre no es tarea fácil e ir contracorriente menos aún, pero los límites son necesarios antes de la plena libertad e informar de todos los riesgos, también.