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Aspirantes a personal fijo de RTVE en la categoría de informador concentrados el domingo en el exterior de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid. Víctor Lerena / EFE
Cola de león

Los esclavos agradecidos

RTVE ha cancelado sus oposiciones porque se había filtrado el 83% de las preguntas. No se sabe si el Ente público, con un agujero de 30 millones, indemnizará a los afectados

Miércoles, 2 de octubre 2024, 07:10

El bocazas no lo puede evitar. Va más allá de su control. Seguramente le pase porque tiene un problema con el bendito silencio y la incomodidad lo lleva a romperlo de forma constante. Ellos hablan y hablan sin parar sin ser conscientes de que cuanto ... más se parlotea más probable es la metedura de pata. Es curioso porque este rasgo suele coincidir con el comúnmente conocido como 'sin mala fe' y todo se les perdona.

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Seguro que usted también conoce a alguien que parece que sube el pan cada vez que habla. Charlatán, indiscreto, parlanchín y, mi favorito, bocas son algunos de los sinónimos de «persona que no sabe callar ni debajo del agua». Depende de las circunstancias, son graciosos o molestos. Dardos envenenados disfrazados de falsa ingenuidad con altas dosis de incontinencia verbal.

Este fin de semana, Radio Televisión Española ha cancelado sus oposiciones a informador porque se había filtrado el 83% de las preguntas. Más de 5.000 personas se enteraron en la puerta del aula en el que tenían previsto examinarse de la suspensión. Imagine horas de estudio, gastos de viaje… No se sabe si el Ente público, que tiene un agujero de más de 30 millones de euros, indemnizará a los afectados. Sólo que el examen será en noviembre.

Por desgracia, que a alguien se le suelte la lengua en este tipo de exámenes es más habitual de lo que creemos. Bocazas interesados que reman en contra de la imparcialidad periodística de la radio y la televisión de todos siempre han existido. No piense que es cosa del Plan de Acción por la Democracia. ¡Qué va! Siempre ha pasado. Con todos. «Soy dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras», cantaba Jarabe de Palo. Y ya se sabe que no hay esclavitud más leal que la anudada con trampas.

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