Pedro Sánchez preside una ejecutiva del PSOE. Sergio Pérez / EFE

Cuando sumar es restar

La ventana indiscreta ·

La primera factura la pagará el PSOE en las autonómicas y municipales y cuando llegue la cita de las elecciones generales, con el careto de Pedro Sánchez el descalabro será histórico»

Domingo, 11 de septiembre 2022, 01:50

Antes de que se propagara el palabro 'empoderamiento', yo estaba rodeado de mujeres empoderadas. Mis abuelas, mi madre, mi suegra, mi mujer, mi hija, compañeras, amigas más cercanas… Sin ellas saberlo fueron unas adelantadas porque, sin gritos ni estridencias, sin disfrazarse de nada, sin ser ' ... ellos, ellas, elles', con inteligencia y trabajo lograron empoderarse dentro y fuera de sus casas. Por eso me asquean las empoderadas de préstamo y alquiler, que han logrado empoderarse porque un tío las ha señalado con el dedo. O con lo que sea. Ignoro la cuota de empoderamiento personal que tenían las 'pioneras' del empoderamiento antes de que el macho alfa se fijara en ellas, pero parece que al trampolín del estrellato político subieron en el ascensor de un dedo.

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La decisión personal de uno... y quedaron empoderadas de sopetón, para lucir palmito, sonrisas con estrellitas y propagar chapuzas propias de Benito y Manolo en la serie 'Manos a la obra'.

El «Si me queréis, irse», de Lola Flores, lo ha cambiado Yolanda Diaz por un «Si me queréis, venirse», que no es más que una invitación voluntarista a la que se sumarán los pecios a la deriva, que ven agotada la teta que succionan. Desde Ada Colau a Íñigo Errejón, pasando por los restos del naufragio de Podemos que, en pocos años, pasaron de reformadores a reformados. Desde la transición, ningún partido político, sin reformar nada, se ha reformado tanto como Podemos. Alfonso Guerra diría que «no los conoce ni la madre que los parió».

¿Qué pretende Yolanda Diaz con su 'Sumar'? Dar asidero a unos cuántos que ven con estupor que el 'tic-tac' imperturbable les va a señalar la puerta de salida. Eso sí, con el permiso de Pedro Sánchez, que es el padrino de la idea. A un PSOE con las alas emplomadas le viene muy bien diluir aún más el electorado a su izquierda, para que se visualice la dicotomía «izquierda inútil/izquierda moderna» y recuperar parte de lo que por ahí se le fue.

Como para Pedro Sánchez lo importante es sumar tablones que lo mantengan a flote, desde el mismo Gobierno están alentando la idea de Sumar, permitiendo a Yolanda Diaz algún desmarque, un desajuste populista, un 'kikiriqui' mañanero, capaz de retener, entre el PSOE y Sumar, a la izquierda social. Por lo que vimos esta semana durante el rifirrafe entre Sánchez y Feijóo, en el que solo faltó el barro, el presidente da por concluida la legislatura y nos queda un año de paridas y excentricidades.

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Él sigue a piñón fijo con la pandilla multicolor que lo sostiene y Sumar es un eslabón más en su estrategia, porque en el PSOE saben que Yolanda Diaz es la nada con un poquito de espuma y colorante artificial.

Pero en la cocina electoral le falta al PSOE el ingrediente esencial de la credibilidad, porque Pedro Sánchez no tiene ninguna. No se le cree porque en su boca y en su talante, todo se hace mentira. El tiempo que le queda hasta las elecciones es el que puede disfrutar, por eso su plan B es la plataforma europea.

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La primera factura la pagará el PSOE en las autonómicas y municipales y cuando llegue la cita de las elecciones generales, con el careto de Pedro Sánchez el descalabro será histórico. Haga lo que haga, está amortizado y todos los que lo sostienen, a escote, pagarán la factura. Sin remedio.

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