No, no es suerte

A falta de que los científicos determinen por qué el virus se propagó aquí con tanta contundencia, quizá debamos empezar por reconocer que no es suerte, ni casualidad, que países como Alemania presenten un balance de muertos tan diferente. No es suerte que, según los datos de Eurostat, hoy Alemania casi triplique su inversión en I+D frente a España (3,63vs1,24 del PIB) y que las diferencias se hayan incrementado desde 2007. No es suerte que España destine 943 euros por habitante a la Sanidad pública y Alemania 1.263. No, no es suerte que España cuente con 243 camas de hospital para pacientes agudos por 100.000 habitantes y Alemania con 602. No, no es suerte que en España lideremos las tasas de abandono escolar y que Alemania posea uno de los sistemas educativos más estables y eficientes del mundo, formando ciudadanos críticos capaces de exigir pactos entre la izquierda y la derecha por encima de las banderas ideológicas. Qué va, esto nada tiene que ver con la suerte ni con el argumentario de cajón.