Los sueños

Los problemas nos impiden conciliar el sueño, el sueño es una constante de nuestras vidas, regulador no sólo de la salud, sino testigo mudo de ocultos deseos y sinsabores. El sueño nos elige, sale a nuestro encuentro desde un mundo desconocido con la orden específica de apoderarse de nuestro ser y detenerlo en el tiempo. Soñar es una dimensión en la que somos pura metamorfosis, cuerpos inmateriales, espectros suspendidos en el tragaluz de fantasías y pesadillas.

El destino de los sueños es, como el nuestro, desaparecer en el tiempo sin dejar rastro. El entramado de la realidad está hecho paradójicamente de sueños, ¿cómo es posible que los sueños afecten a la realidad si no son reales, si sólo son sueños? La argamasa de la vida está hecha de sueños pero, ¿por qué dormimos realmente? ¿Por qué despertamos? Cabe la posibilidad de que nuestra realidad sea un sueño, un gigantesco sueño, un agujero negro devorador de infinitos sueños; tantos como seres en el mundo han sido, son y serán; tantos cuerpos estelares que contiene o haya alumbrado el universo

Y una pregunta: ¿Sería posible formalizar el sistema de relaciones que traducen el contenido latente de los sueños, ese sentido imposible? No resulta lógico pensar en un sueño profundo en el que deba dormir también la conciencia.